La segunda etapa de transición : el deslinde con el pasado

Nuestro seguimiento de la realidad actual nos había indicado con precisión que la aceptación del Presidente Vicente Fox disminuyó ostensiblemente durante los meses de septiembre a noviembre (subperiodo al que llamamos La Guerra) y que este fenómeno obedecía a situaciones derivadas del errático funcionamiento que el mandatario y su gabinete habían tenido durante ese lapso. Durante diciembre y enero, la caída en la popularidad del Presidente se profundizó –hasta llegar a niveles preocupantes–, pues incluso hubo quienes aseguraron que el gobierno contaba con estudios que indicaban que solamente el 42% de la población aceptaba o aprobaba la gestión del actual gobierno federal, porcentaje que, se aseguraba, era similar al que tuvo Ernesto Zedillo en enero de 1995, su momento de menor popularidad, a un mes de haber cometido el error de diciembre que de golpe y porrazo terminó con una parte sustancial de los ahorros de miles de familias mexicanas. Derivado de esta situación, en la entrega anterior del Análisis de Coyuntura, dejábamos entrever la necesidad de que el gobierno federal realizara cambios tanto en las filas de sus más cercanos colaboradores como en su relación con la oposición, y en particular con el PRI por todo lo que éste representa en cuanto al ajuste de cuentas con el pasado.