Samuel Ruíz, la palabra perdída
Summary: Tres años antes de su muerte, Luis Cernuda escribió unas palabras reveladoras en relación con la muerte de los poetas: ¿Qué país sobrelleva a gusto a sus poetas? A sus poetas vivos, quiero decir, pues a los muertos, ya sabemos que no hay país que no adore a los suyos… Estas palabras que, dice Octavio Paz en su ensayo fúnebre sobre Cernuda, fueron pensadas para la propia muerte del poeta, pueden hoy también ser pronunciadas en relación con la de Samuel Ruiz… La analogía no es incorrecta. Don Samuel era un profeta, y los profetas, los poetas del mundo hebreo y del mundo cristiano en su tradición liberacionista, tienen una función semejante a la de los poetas en la modernidad: restablecer los significados, anunciar lo que extraviamos y debe encarnarse, y cimbrar, por lo mismo, el supuesto orden del mundo. Nada más natural entonces que en vida haya sido tan incomprendido como incómodo, perseguido y denostado por los poderes del mundo y asimilado infructuosamente por las particularidades ideológicas.Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
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Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 396313 |
Tres años antes de su muerte, Luis Cernuda escribió unas palabras reveladoras en relación con la muerte de los poetas: ¿Qué país sobrelleva a gusto a sus poetas? A sus poetas vivos, quiero decir, pues a los muertos, ya sabemos que no hay país que no adore a los suyos… Estas palabras que, dice Octavio Paz en su ensayo fúnebre sobre Cernuda, fueron pensadas para la propia muerte del poeta, pueden hoy también ser pronunciadas en relación con la de Samuel Ruiz… La analogía no es incorrecta. Don Samuel era un profeta, y los profetas, los poetas del mundo hebreo y del mundo cristiano en su tradición liberacionista, tienen una función semejante a la de los poetas en la modernidad: restablecer los significados, anunciar lo que extraviamos y debe encarnarse, y cimbrar, por lo mismo, el supuesto orden del mundo. Nada más natural entonces que en vida haya sido tan incomprendido como incómodo, perseguido y denostado por los poderes del mundo y asimilado infructuosamente por las particularidades ideológicas.
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