Latinidad, persistencias y resistencias
Summary: ¿Cómo no sentirnos orgullosos cuando un prefijo de cinco letras, l-a-t-í-n, que en realidad es el nombre de una lengua maravillosa, el latín, nos remonta a una antigüedad fantástica, a una de las explosiones iniciales de la universalidad? Allí están algunos de los primeros conceptos que intentaron abrazar a todos los seres humanos. Universal entonces porque fueron más allá de la miopía, del egoísmo de no pensar en los otros, de concebirse como ombligo del mundo. El desfile comienza y parece inacabable. Lacio era el nombre de la región y la lengua que allí se hablaba, considerada al principio despectivamente como rural, pronto se apoderaría de la ciudad. Esa fue su primera conquista. El ser humano es su lengua, su idioma. La lengua del Lacio, el futuro latín, era preciso y ágil. Plauto, Terenció, Catón el Censor, fueron la punta de lanza con teatro, con prosa histórica y también poesía. Precisión dijimos, de allí la Ley de las Doce Tablas, monumento a la concisión hoy todavía admirado. Estamos en el Cuatrocientos cincuenta antes de Cristo. Los plebeyos demandan apertura, los patricios se resisten. De las Doce Tablas serán muy conocidas las sentencias que de ellas se desprendieron. Pero también sobre el amor cayó luz en latín. Amar, sí claro, pero amar gobernando la energía que siempre se escapa, amar sí, pero amar sabiendo…Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
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Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 371488 |
¿Cómo no sentirnos orgullosos cuando un prefijo de cinco letras, l-a-t-í-n, que en realidad es el nombre de una lengua maravillosa, el latín, nos remonta a una antigüedad fantástica, a una de las explosiones iniciales de la universalidad? Allí están algunos de los primeros conceptos que intentaron abrazar a todos los seres humanos. Universal entonces porque fueron más allá de la miopía, del egoísmo de no pensar en los otros, de concebirse como ombligo del mundo. El desfile comienza y parece inacabable. Lacio era el nombre de la región y la lengua que allí se hablaba, considerada al principio despectivamente como rural, pronto se apoderaría de la ciudad. Esa fue su primera conquista. El ser humano es su lengua, su idioma. La lengua del Lacio, el futuro latín, era preciso y ágil. Plauto, Terenció, Catón el Censor, fueron la punta de lanza con teatro, con prosa histórica y también poesía. Precisión dijimos, de allí la Ley de las Doce Tablas, monumento a la concisión hoy todavía admirado. Estamos en el Cuatrocientos cincuenta antes de Cristo. Los plebeyos demandan apertura, los patricios se resisten. De las Doce Tablas serán muy conocidas las sentencias que de ellas se desprendieron. Pero también sobre el amor cayó luz en latín. Amar, sí claro, pero amar gobernando la energía que siempre se escapa, amar sí, pero amar sabiendo…
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