De Quetzalcóatl a Cocacóatl

Los buenos profetas no son los que anticipan algo con una precisión del cien por ciento. Nos impresiona más, de hecho, que una profecía certera contenga un pequeño error marginal, porque la leve inexactitud de una buena profecía cumplida está emparentada con esa pequeña vacilación de la experiencia de la realidad más rutinaria... Cuando Carlos Fuentes escribió, hace algunos años, no recuerdo cuántos, tal vez han pasado unos tres lustros, un ensayo que se llamaba, cito de memoria, De Quetzalcóatl a Pepsicóatl, no pudo imaginar en qué forma estaba anticipando nuestro futuro, y sobre todo, en qué medida estaba personalizándolo. Creo que Fuentes sólo quería proponer, de manera sintética y un poco en plan de chunga, una forma de ver la historia de México que arrancaba de nuestros orígenes míticos más prestigiosos hasta llegar a una modernización emblematizada, qué le vamos a hacer por la Pepsi,cola.