El futuro que ya sucedió

En asuntos humanos, políticos, sociales, económicos y empresariales, es inútil tratar de predecir el futuro, y menos aún tratar de mirar setenta y cinco años hacia delante. Pero es posible, y fructífero, identificar acontecimientos importantes que ya sucedieron de manera irrevocable y que, por lo tanto, tendrán efectos predecibles dentro de una o dos décadas. Es decir, se pueden identificar en previsión del futuro que ya sucedió... El factor dominante para el comercio de las dos próximas décadas, ausencia de guerra, pestilencia o colisión con un cometa, no va a ser la economía ni la tecnología, será la demografía. El factor clave para el comercio no será la sobrepoblación del mundo, de la que se nos ha advertido en los últimos cuarenta años, sino el creciente despoblamiento de los países desarrollados: Japón y los que están en Europa y en Norteamérica… El mundo desarrollado está en proceso de un suicidio nacional colectivo. Sus ciudadanos no están generando suficientes bebés para reproducirse y la causa es bastante clara: su población joven ya no es capaz de soportar el peso de una población cada vez mayor de personas de edad y que no trabajan. Los jóvenes sólo pueden compensar esta carga creciente reduciendo el otro extremo del espectro de dependenciacia, lo cual significa tener menos hijos o ninguno.