Eugenia León “Yo me doblo pero no me quiebro”
Summary: La risa de Eugenia León la regresa al pasado. Es un gesto natural que conserva intacto, como esa voz suavecita que se contrapone a las flexibles tesituras de lasque hace gala en el escenario… Pero hay cosas que sí han cambiado. A la Eugenia de los ochenta la envolvía cierta aura de timidez, apenas perceptible bajo la tremenda cabellera esponjada que enmarcaba su rostro. Eran los tiempos del Festival OTI, que en 1985, en los días del terremoto que sacudió al DF, premiaba a la cantante por su interpretación de El fandango aquí, de Marcial Alejandro… Ahora Eugenia tiene cincuenta y tres años. Poco queda de aquella chica que a los diecisiete años cantó por primera vez en el CCH Naucalpan, que admiraba a la trova latinoamericana, usaba morral, resentía la desaprobación de sus padres y se afilió al Partido Comunista… La Eugenia de hoy no volvería a ser militante partidista... ni a vivir en pareja. Así lo dice. Aunque aclara: no abandona las causas sociales ni el gusto por la música y las historias. Y como tiene aversión por el cliché del México, de postal, el once de agosto vuelve a conducir un programa en Canal 22, Tocando tierra, dedicado a la exploración de las raíces musicales del país, pero con sentido humano… Lo que está porvenir, dice, es puro gozo.Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
---|---|---|---|---|---|---|---|
Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 363909 |
La risa de Eugenia León la regresa al pasado. Es un gesto natural que conserva intacto, como esa voz suavecita que se contrapone a las flexibles tesituras de lasque hace gala en el escenario… Pero hay cosas que sí han cambiado. A la Eugenia de los ochenta la envolvía cierta aura de timidez, apenas perceptible bajo la tremenda cabellera esponjada que enmarcaba su rostro. Eran los tiempos del Festival OTI, que en 1985, en los días del terremoto que sacudió al DF, premiaba a la cantante por su interpretación de El fandango aquí, de Marcial Alejandro… Ahora Eugenia tiene cincuenta y tres años. Poco queda de aquella chica que a los diecisiete años cantó por primera vez en el CCH Naucalpan, que admiraba a la trova latinoamericana, usaba morral, resentía la desaprobación de sus padres y se afilió al Partido Comunista… La Eugenia de hoy no volvería a ser militante partidista... ni a vivir en pareja. Así lo dice. Aunque aclara: no abandona las causas sociales ni el gusto por la música y las historias. Y como tiene aversión por el cliché del México, de postal, el once de agosto vuelve a conducir un programa en Canal 22, Tocando tierra, dedicado a la exploración de las raíces musicales del país, pero con sentido humano… Lo que está porvenir, dice, es puro gozo.
There are no comments on this title.