La engañosa transparencia

La aparición de un nuevo libro de cuentos en el panorama de la literatura mexicana es un acto que se celebra; que ese cuentario se sume a la Biblioteca de Cuento Contemporáneo que Ficticia, con Marcial Fernández a la cabeza, ha ido construyendo con autores de diversas generaciones, como José de la Colina, Luis Bernardo Pérez o Édgar Omar Avilés, es un privilegio para quienes gustamos del género y sabemos de la necesidad de su permanencia en forma de impreso visitable, atesorable; que ese libro de cuentos recién parido sea Otra cebolla de cristal de Eduardo Langagne es un halago para los lectores del género de la brevedad… Bien se ha dicho que el cuento está muy cerca de la poesía. Basta abandonarse a las dotes narrativas y precisas del poeta Langagne para comprender que son géneros cercanos. Si el autor recibió el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes, su destreza en el cuento lo marca como un cirquero de varias pistas. Muestra precisa de ello son el cuento, Alejandrina, y su versión, Alejandrina remixed, en verso: es arte de trapecista entrenado switchear del verso al flujo narrativo y conservar la música, el brío y la historia.