Javier Sicilia, iconógrafo contemporáneo
Summary: Hijo de la refinada espiritualidad constantinopolitana, El Greco se sorprendió por la facilidad con que los occidentales manejaban los pinceles. Al mismo tiempo, le horrorizó la ligereza con que pintores de la talla del Veronés, Tintoretto y Tiziano, de quien fuera un cauto discípulo, elaboraban su arte: si bien los renacentistas italianos expresaban de manera inédita el fenómeno espiritual, sus obras no eran producto de la vida interior… Para el hombre que vertiera la más lapidaria y definitiva crítica del El Juicio Final de Miguel Ángel, la dualidad de sus maestros, capaces de pintar temas religiosos sin estar en oración- era sencillamente inaceptable. La actitud de éstos le parecía doblemente sacrílega: tanto del arte como del espíritu. De ellos asimiló la técnica, pero supo siempre que no eran de su raza.Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
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Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 358335 |
Hijo de la refinada espiritualidad constantinopolitana, El Greco se sorprendió por la facilidad con que los occidentales manejaban los pinceles. Al mismo tiempo, le horrorizó la ligereza con que pintores de la talla del Veronés, Tintoretto y Tiziano, de quien fuera un cauto discípulo, elaboraban su arte: si bien los renacentistas italianos expresaban de manera inédita el fenómeno espiritual, sus obras no eran producto de la vida interior… Para el hombre que vertiera la más lapidaria y definitiva crítica del El Juicio Final de Miguel Ángel, la dualidad de sus maestros, capaces de pintar temas religiosos sin estar en oración- era sencillamente inaceptable. La actitud de éstos le parecía doblemente sacrílega: tanto del arte como del espíritu. De ellos asimiló la técnica, pero supo siempre que no eran de su raza.
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