Uno, dos, tres, cuatro… Google
Summary: Un buen día a un matemático estadunidense, de nombre Edward Kasler, se le ocurrió la siguiente cifra para ilustrar un número inmenso, pero no infinito: 10 000 000 000 000 000 000 000… 000 000, diez elevado a la centésima potencia, y pidió a sus sobrinitos, Edwin y Milton, que pensaran qué nombre darle para poder hablar de ella… iGúgol!, dijo Milton, que al tiempo sumaba nueve añitos. Era 1938… En 1940, Kasner y James Roy Newman publicaron el libro Mathematics and the Imagination, Las matemáticas y la imaginación. En él hicieron del dominio público el concepto del gúgol, que más que ser un número exacto, implicaba la idea de un número inmenso; tanto, que supera incluso el número de átomos que se calcula que contiene el Universo, sin contar con la materia oscura: entre 1072 y 1087 átomos.Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
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Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 356408 |
Un buen día a un matemático estadunidense, de nombre Edward Kasler, se le ocurrió la siguiente cifra para ilustrar un número inmenso, pero no infinito: 10 000 000 000 000 000 000 000… 000 000, diez elevado a la centésima potencia, y pidió a sus sobrinitos, Edwin y Milton, que pensaran qué nombre darle para poder hablar de ella… iGúgol!, dijo Milton, que al tiempo sumaba nueve añitos. Era 1938… En 1940, Kasner y James Roy Newman publicaron el libro Mathematics and the Imagination, Las matemáticas y la imaginación. En él hicieron del dominio público el concepto del gúgol, que más que ser un número exacto, implicaba la idea de un número inmenso; tanto, que supera incluso el número de átomos que se calcula que contiene el Universo, sin contar con la materia oscura: entre 1072 y 1087 átomos.
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