La orgía del intelecto o de qué se ríen las ovejas
Summary: Ah, el cabaret. Esa palabra que a tantos espanta, que a otros molesta, que a los políticos incomoda, qué a unos cuantos seduce y que a pesar de todo, como hierba mala, nomás no se muere… Cuando le cuentas a algún desconocido que trabajas en un cabaret, siempre pelan tamaños ojotes, o de perdida levantan la ceja y ponen cara de gente de mucho mundo. La verdad de las cosas es que en su cabeza piensan que trabajas en un table dance o en un burdel, en el gabinete de Calderón o en algo peor.Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
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Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 354483 |
Ah, el cabaret. Esa palabra que a tantos espanta, que a otros molesta, que a los políticos incomoda, qué a unos cuantos seduce y que a pesar de todo, como hierba mala, nomás no se muere… Cuando le cuentas a algún desconocido que trabajas en un cabaret, siempre pelan tamaños ojotes, o de perdida levantan la ceja y ponen cara de gente de mucho mundo. La verdad de las cosas es que en su cabeza piensan que trabajas en un table dance o en un burdel, en el gabinete de Calderón o en algo peor.
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