Cabildear o el reino de la libertad
Summary: Cabildear, según el diccionario, es procurar con astucia, inteligencia y argumentos las voluntades del cabildo o de una corporación. En términos más prácticos, se refiere a intervenir para influenciar directa o indirectamente los procesos de elaboración, aplicación o interpretación de medidas legislativas, normas, reglamentos… A principios de esta semana el Congreso de Estados Unidos aprobó nuevas reglas para endurecer la regulación del cabildeo, lobbying, en ese país… Estas nuevas disposiciones no sólo prohíben a los legisladores y sus asistentes aceptar cualquier tipo de regalos, comidas o viajes por parte de los llamados lobbystas o cabilderos, antes lo podían hacer, siempre y cuando no sobrepasaran los cincuenta dólares; también imponen multas de hasta doscientos mil dólares y cinco años de cárcel a los cabilderos que los ofrezcan, y además están obligados a demostrar que ni siquiera con una hamburguesa han tratado de ganar los favores del asistente o la secretaria de un legislador.Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
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Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 354065 |
Cabildear, según el diccionario, es procurar con astucia, inteligencia y argumentos las voluntades del cabildo o de una corporación. En términos más prácticos, se refiere a intervenir para influenciar directa o indirectamente los procesos de elaboración, aplicación o interpretación de medidas legislativas, normas, reglamentos… A principios de esta semana el Congreso de Estados Unidos aprobó nuevas reglas para endurecer la regulación del cabildeo, lobbying, en ese país… Estas nuevas disposiciones no sólo prohíben a los legisladores y sus asistentes aceptar cualquier tipo de regalos, comidas o viajes por parte de los llamados lobbystas o cabilderos, antes lo podían hacer, siempre y cuando no sobrepasaran los cincuenta dólares; también imponen multas de hasta doscientos mil dólares y cinco años de cárcel a los cabilderos que los ofrezcan, y además están obligados a demostrar que ni siquiera con una hamburguesa han tratado de ganar los favores del asistente o la secretaria de un legislador.
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