Sin joyas qué presumir

Cuando usamos la expresión, las joyas de la corona, para significar que un evento o una dependencia son lo más precioso, lo más caro, la niña de los ojos, pues, de un régimen, pensamos sin dudarlo en las joyas de la corona inglesa. Acaso por ser una de las monarquías mas longevas del planeta, y por mucho la más publicitada, gracias a sus fámosos tabloides, que seguramente le pasan una senda tajada de sus ganancias a la reína Isabel, o acaso porque su famosa colección de alhajas sea la mas retratada por el cine hollywoodense… La Royal Shakespeare Company, por encima de la compañía nacional de ópera o de ballet, es motivo de orgullo nacional, tanto por ser el estandarte de las tradiciones más inglesas per se, como por ser el baluarte de la más féroz crítica al poder, asi como el foro mas evidente de la vanguardia intelectual británica. Fuera de la manipulación maniquea del poder institucional, esta compañía de teatro se rige por el elemento base, fundamental, del mismo: su enganche con el público.