¿Sueñan los robots con copas mundiales?
Material type: TextSummary: En cualquier competencia se entretejen historias de ganadores y perdedores. En los anales del futbol se cuentan por montones las anécdotas de equipos que, sin tener esperanza alguna, lograron grandes hazañas. El siguiente relato va por ahí, pero no está protagonizado por Beckenbauer, Maradona o Zidane. En realidad, los grandes goleadores de esta competencia ni siquiera son humanos, son robots. Son los participantes del Torneo Mexicano de Robótica de la Robocup, la copa mundial de androides que juegan futbol… Claro, detrás de los autómatas hay mujeres y hombres de carne y hueso que han trabajado por años para crear tan sorprendentes máquinas. Están a unos instantes de saber si sus largas jornadas de trabajo y esfuerzo valieron la pena, si sus robots se consagran campeones o si, literalmente, echan humo de la frustración. Todo puede pasar, porque los dioses del balón no distinguen raza, sexo o circuitos electrónicos.Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
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Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 350486 |
En cualquier competencia se entretejen historias de ganadores y perdedores. En los anales del futbol se cuentan por montones las anécdotas de equipos que, sin tener esperanza alguna, lograron grandes hazañas. El siguiente relato va por ahí, pero no está protagonizado por Beckenbauer, Maradona o Zidane. En realidad, los grandes goleadores de esta competencia ni siquiera son humanos, son robots. Son los participantes del Torneo Mexicano de Robótica de la Robocup, la copa mundial de androides que juegan futbol… Claro, detrás de los autómatas hay mujeres y hombres de carne y hueso que han trabajado por años para crear tan sorprendentes máquinas. Están a unos instantes de saber si sus largas jornadas de trabajo y esfuerzo valieron la pena, si sus robots se consagran campeones o si, literalmente, echan humo de la frustración. Todo puede pasar, porque los dioses del balón no distinguen raza, sexo o circuitos electrónicos.
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