Fin del optimismo
Summary: Nada calma a los mercados financieros nacionales que, como el país, en nada y en nadie creen. Ni los reiterados y vehementes discursos televisivos del presidente Felipe Calderón ni las acciones de gobierno federal y el Banco de México han servido para frenar el pánico y la incertidumbre… En tres días, entre miércoles y viernes, el banco central se gasto ocho mil novecientos millones de dólares de ñas reservas internacionales del país, casi díex por ciento total, para contener la batida contra el peso. Pero poco pudo hacer… El miércoles ocho, cuando la demanda extraordinaria de dólares, entre ataques especulativos, compras de quienes abandonan el mercado bursátil y empresas que los necesitan para su operación, llevó a la divisa a cotizarse por encima de los catorce pesos, el Banco de México inició sus intervenciones en el mercado cambiario, dos días después, el viernes diez, y pese a una inyección de seis mil cuatrocientos millones de dólares, el dólar volvió añ mismo nivel en algún momento de la jornada, aunque cerró en trece punto veinticinco pesos, treinta y cuatro arriba de los nueve punto ochenta y siete pesos en que se cotizó el cuatro de agosto pasado… y la caída del peso, en esa proporción, se vio acompañada de una semana histórica para la Bolsa Mexicana de Valores, que día con día terminó con pérdidas arrastrando como nunca a grandes empresas que, en muchos casos, en un solo día perdían hasta más de veinte por ciento de su valor de capitalización… independientemente del extraordinario caso de Comercial Mexicana, que también en un solo día perdió setenta y cuatro por ciento de su valor…Una semana aciaga para los mercados. De respuestas tardías del gobierno. De desesperación y nerviosismo del común de la gente.Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
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Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 344663 |
Nada calma a los mercados financieros nacionales que, como el país, en nada y en nadie creen. Ni los reiterados y vehementes discursos televisivos del presidente Felipe Calderón ni las acciones de gobierno federal y el Banco de México han servido para frenar el pánico y la incertidumbre… En tres días, entre miércoles y viernes, el banco central se gasto ocho mil novecientos millones de dólares de ñas reservas internacionales del país, casi díex por ciento total, para contener la batida contra el peso. Pero poco pudo hacer… El miércoles ocho, cuando la demanda extraordinaria de dólares, entre ataques especulativos, compras de quienes abandonan el mercado bursátil y empresas que los necesitan para su operación, llevó a la divisa a cotizarse por encima de los catorce pesos, el Banco de México inició sus intervenciones en el mercado cambiario, dos días después, el viernes diez, y pese a una inyección de seis mil cuatrocientos millones de dólares, el dólar volvió añ mismo nivel en algún momento de la jornada, aunque cerró en trece punto veinticinco pesos, treinta y cuatro arriba de los nueve punto ochenta y siete pesos en que se cotizó el cuatro de agosto pasado… y la caída del peso, en esa proporción, se vio acompañada de una semana histórica para la Bolsa Mexicana de Valores, que día con día terminó con pérdidas arrastrando como nunca a grandes empresas que, en muchos casos, en un solo día perdían hasta más de veinte por ciento de su valor de capitalización… independientemente del extraordinario caso de Comercial Mexicana, que también en un solo día perdió setenta y cuatro por ciento de su valor…Una semana aciaga para los mercados. De respuestas tardías del gobierno. De desesperación y nerviosismo del común de la gente.
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