La reforma constitucional de Sarkozy

El pasado veintidós de julio, el diario francés Le Monde publicó una nota de suma importancia para expertos y ciudadanos de a pie, no sólo franceses sino de otros países encarrilados en lo que ha dado en llamarse, la reforma del Estado… La nota en cuestión dio los pormenores de la aprobación llevada a cabo por el órgano legitimado para ello y convocado por el jefe del Estado que, esencialmente, consisten en que, si bien la propuesta sometida al Congreso fue aprobada, pasó estrechamente votada por la mayoría requerida más un voto, lo cual, comenta la nota, es a la vez mucho, pero no suficiente: la reforma pasó, en efecto, a pesar del casi total rechazo del oposicionista Partido Socialista, la defección de varios centristas y los numerosos estados de ánimo de la mayoría. En esas condiciones, el voto es muy corto para asegurar al presidente y al país una verdadera victoria ya que, pese a que han transcurrido cincuenta años de experiencia bajo el régimen de la Quinta República, Francia aún se encuentra en busca de un buen equilibrio constitucional, no obstante las reformas del año 2000 que recortaron el mandato presidencial a un quinquenio y establecieron la concomitancia de las elecciones presidencial y legislativa, ya que, lejos de lograr el buscado equilibrio, incrementaron el peso del presidente y de la mayoría.