Soberanía, democracia y sociedad : la necesaria vinculación de estos conceptos en beneficio del Estado mexicano

En la democracia mexicana actual los políticos van por un lado y la ciudadanía por otro. Vivimos la época de la "democracia de nadie" en la cual, la idea de soberanía popular sirve como subterfugio para amparar la ausencia de un sujeto consecuente con la acción del gobierno y supone la disolución de la idea de responsabilidad, con los riesgos que esto implica. En una democracia como la de México que en esencia obliga a los representantes a tener presente en sus decisiones en bien común, pero que, aparentemente, en la práctica no están dispuestos ni capacitados para velar por éste y mucho menos para realizar las reivindicaciones y aspiraciones de los ciudadanos, la representación se convierte, siguiendo a Gustavo Radbruch, en una figura en la que el pueblo se erige como contrincante de los partidos en el juego político y, consecuentemente, en el principal motor del déficit de participación ciudadana.