Y se enamoraron de la noticia... Las mujeres periodistas en México a finales de milenio
Summary: Todavía no se puede colocar nuestro periódico en el número uno de los otros muchos que honran la prensa mexicana; pero... ¡quizá más tarde! Tal vez en la decadencia de nuestra vida, se recordará con placer que unas pobres hijas de México, deseosas del progreso de su país, no descuidaron, aun a costa de muchos sacrificios, contribuir con sus humildes líneas, para lograr en su patrio suelo, esa regeneración sublime del sexo femenino, ese ideal que es llamado la emancipación de la mujer Quizá entonces, este periódico que es un insignificante botón de la corona que ciñe la literatura de la patria, forme una de sus más fragantes flores. Tal vez dentro de algún tiempo, habrán otras jóvenes que siguiendo nuestro camino, se lancen al difícil camino del periodismo, afrontando todas las espinas que en él se encuentran... Las hijas del Anáhuac 1873... Consideré necesario e inevitable iniciar este escrito con la cita anterior porque nos permite atisbar la esperanza femenina de un futuro promisorio de la participación de las mujeres en el periodismo nacional. En el siglo diecinueve, casi a finales, nuestras abuelas se acercaron al periodismo poco a poco. Primero firmaron con seudónimos o con sus iniciales los textos publicados, después insertaron poemas o narraciones, y más tarde crearon sus propias publicaciones para expresar ampliamente lo que pensaban, desde política hasta de su propia condición femenina... Estamos a punto de entrar al siglo Veintiuno y por eso resulta más estremecedor leer ese pensamiento femenino porque constata más de cien años de lucha continua por ganarse un espacio periodístico, por tener derecho a escribir en un periódico, por demostrar que se podía perseguir a la noticia y redactarla en un discurso escrito claro y preciso, que las mujeres podemos ser periodistas en toda la extensión de la palabra.Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
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Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 341898 |
Todavía no se puede colocar nuestro periódico en el número uno de los otros muchos que honran la prensa mexicana; pero... ¡quizá más tarde! Tal vez en la decadencia de nuestra vida, se recordará con placer que unas pobres hijas de México, deseosas del progreso de su país, no descuidaron, aun a costa de muchos sacrificios, contribuir con sus humildes líneas, para lograr en su patrio suelo, esa regeneración sublime del sexo femenino, ese ideal que es llamado la emancipación de la mujer Quizá entonces, este periódico que es un insignificante botón de la corona que ciñe la literatura de la patria, forme una de sus más fragantes flores. Tal vez dentro de algún tiempo, habrán otras jóvenes que siguiendo nuestro camino, se lancen al difícil camino del periodismo, afrontando todas las espinas que en él se encuentran... Las hijas del Anáhuac 1873... Consideré necesario e inevitable iniciar este escrito con la cita anterior porque nos permite atisbar la esperanza femenina de un futuro promisorio de la participación de las mujeres en el periodismo nacional. En el siglo diecinueve, casi a finales, nuestras abuelas se acercaron al periodismo poco a poco. Primero firmaron con seudónimos o con sus iniciales los textos publicados, después insertaron poemas o narraciones, y más tarde crearon sus propias publicaciones para expresar ampliamente lo que pensaban, desde política hasta de su propia condición femenina... Estamos a punto de entrar al siglo Veintiuno y por eso resulta más estremecedor leer ese pensamiento femenino porque constata más de cien años de lucha continua por ganarse un espacio periodístico, por tener derecho a escribir en un periódico, por demostrar que se podía perseguir a la noticia y redactarla en un discurso escrito claro y preciso, que las mujeres podemos ser periodistas en toda la extensión de la palabra.
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