Mulan

Hace algunos años escribí sobre Bella, la personaja de un clásico infantil de Walt . Disney. Fue una chica que, en su momento, rompió con los esquemas de las protagonistas de muchas historias, de esas que iniciaban con, Había una vez...y que líneas antes de la palabra fin pronosticaban un, fueron para siempre felices… Si por guerrera fuera única, ejemplos como Pocahontas equivaldrían a su desempeño y nulificarían su actuación. Pero Mulán no es sólo eso. Es transgresora de leyes y costumbres, antítesis de las mujeres de su tiempo. Ubicada la historia en las épocas de los mandarines, cuando los hunos y los mongoles asolaban la región, el fin de las mujeres estaba escrito: el matrimonio, vía única para incorporar hombres jóvenes y fuertes a la familia… Mulán no sólo fallaría ante las virtudes que toda china casadera debía manejar al dedillo, sino que arrastraba hacia el fango el honor todo de la familia. Entre el desasosiego por la descalificación de la casamentera y la angustia de imaginar a su padre viejo, cansado y enfermo peleando en una batalla adversa, Mulán no tenía alternativa. El honor y el apellido de la casa estaban en juego.