El cumplimiento de los derechos del niño, cuestión de ética

Las últimas informaciones transmitidas por televisión -amarillistas o no-, sólo han dejado en evidencia el infanticidio que la sociedad en general comete día con día. Se está hablando no sólo del homicidio físico, sino para abusar de su fuerza de trabajo, su mano de obra… Y esto marca la gran distancia que hay entre los Derechos del Niño, un discurso oficial, convincente, ideal, y la decepcionante realidad. Estamos hablando específicamente de una cuestión de ética: ¿De quién es la responsa también del efectuado en los ámbitos sicológicos, emocionales, sociales… Homicidio porque hay padres y madres que golpean, torturan y matan a sus hijos en aras de una educación correctiva mal entendida. Homicidio, porque maestros, curas, tíos, padres, ultrajan a pequeños. Porque madres conciben hijos a sabiendas de que portan alguna enfermedad transmisible, a sabiendas de que no podrán darles una vida digna o con pleno conocimiento y decisión de que los abandonarán. Homicidio, porque adultos inducen a infantes a fumar, beber, drogarse, robar, ya sea con el ejemplo mismo, como medida para demostrar, hombría, o como remedio para cuando las cosas no marchen bien. Homicidio, porque el presupuesto del país, no alcanza, para garantizar servicios médicos, de nutrición, educativos, recreativos, culturales, de protección para los nuevos habitantes. Homicidio, porque parece que el fin es utilizarlos, emplearlos, explotarlos para lucrar con su inocencia, su fragilidad, su temor, su invalidez. Homicidio porque negociantes y autoridades los introducen a la venta de su cuerpo para la pornografía y la prostitución, o los, más sanos, para abusar de su fuerza de trabajo, su mano de obra.