Mi maestra Eréndira Urbina
Summary: Hace algunos años, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM, en un salón de clases se desarrollaba la siguiente escena… ¿Qué importancia tiene hacer una tesis sobre las mujeres periodistas del siglo Diecinueve?... La pregunta me tomó por sorpresa. Me sentí incomprendida y apenas pude musitar: Bueno maestra, no creo que estemos porque sí estudiando para periodistas. Alguien tuvo que abrirnos el camino… No sabía nada de la profesora titular, sólo que se llamaba Eréndira Urbina, pero cuando ella entró al salón y presentó su temario estuve segura que era la clase perfecta para finalizar la carrera con el proyecto de tesis en mano… Aunque el proyecto ya lo había presentado en otra materia, sus críticas y cuestionamientos me convencieron de que tenía que respaldar mejor mis observaciones, explicar por qué las mujeres periodistas existían pero no eran nombradas en los libros de historia del periodismo nacional, tenía que investigar más… Y vaya si lo hice, la maestra me había picado el, amor propio, y quería convencerla de mi tema. Además, ella era una persona que exigía un trabajo académico serio, profundo, bien sustentado, porque a todos mis compañeros les exigió lo mismo. Algunos huyeron despavoridos ante la gran responsabilidad. Muy pocos aceptamos su reto.Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
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Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 341769 |
Hace algunos años, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM, en un salón de clases se desarrollaba la siguiente escena… ¿Qué importancia tiene hacer una tesis sobre las mujeres periodistas del siglo Diecinueve?... La pregunta me tomó por sorpresa. Me sentí incomprendida y apenas pude musitar: Bueno maestra, no creo que estemos porque sí estudiando para periodistas. Alguien tuvo que abrirnos el camino… No sabía nada de la profesora titular, sólo que se llamaba Eréndira Urbina, pero cuando ella entró al salón y presentó su temario estuve segura que era la clase perfecta para finalizar la carrera con el proyecto de tesis en mano… Aunque el proyecto ya lo había presentado en otra materia, sus críticas y cuestionamientos me convencieron de que tenía que respaldar mejor mis observaciones, explicar por qué las mujeres periodistas existían pero no eran nombradas en los libros de historia del periodismo nacional, tenía que investigar más… Y vaya si lo hice, la maestra me había picado el, amor propio, y quería convencerla de mi tema. Además, ella era una persona que exigía un trabajo académico serio, profundo, bien sustentado, porque a todos mis compañeros les exigió lo mismo. Algunos huyeron despavoridos ante la gran responsabilidad. Muy pocos aceptamos su reto.
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