Cuando la política es un viaje sin brújula

Y nadie discute si la política está relacionada con los medios de comunicación. Lo que está a debate en las sociedades con temporáneas es en qué medida el quehacer político, que pasa por la persuasión que se ejerce sobre los ciudadanos, depende de los medios de comunicación de masas. Y sobre todo, cuáles son los costos de esa subordinación al menos parcial del quehacer político a los imperativos mediáticos y qué contrapesos se pueden establecer ante esa fuente de restricciones a la democracia... A juzgar por el comportamiento de no pocos políticos, que a partir de diagnósticos apresurados y como si en ellos quisieran encontrar soluciones mágicas de la misma manera que identifican culpables inopinados cuando las cosas no les salen bien, los medios tienen una capacidad prácticamente incontestable para determinar beneplácitos y aversiones entre los ciudadanos. Magnificar a los medios se ha convertido en subterfugio para entender la complejidad de los problemas políticos y eludir la autocrítica.