Sonidos mexicanos

En el México antiguo se producía una gran variedad de sonidos. Algunos de ellos eran generados por artefactos sonoros de tipos diversos, como los aerófonos, que son los que se han rescatado en mayor cantidad en condiciones operables. Se trata de instrumentos musicales o artefactos de viento que generan sonidos o ruidos por medio de corrientes de aire o lengüetas, y con una o varias cámaras resonadoras globulares, tubulares o de algún otro tipo. Han sido llamados de múltiples formas, pitos, silbatos, flautas, etcétera, pero las designaciones originales de la mayoría se han perdido. Se construían en materiales tan variados como barro, carrizo, madera, hueso, concha, carapachos de animales, cáscaras de frutas secas, corteza de árbol, metal y piedra. Los aerófonos fueron producidos durante varios milenios y generan sonidos musicales, de la naturaleza, de seres biológicos y señales de diversos tipos y utilidad, incluyendo algunas que parecen de otro mundo. Eran sagrados, y se aprovechaban intensamente en ceremonias, batallas, juegos y cacerías, entre otras actividades.