La empresa de la democracia: ¿ciudadanos, consumidores o accionistas?
Summary: La democracia requiere de individuos libres, autónomos e independientes, pero reunidos y en colaboración. Uno de los puntos básicos del discurso que bien puede llamarse como el, triunfalismo electoral, es insistir en que la dimensión individualizada de la democracia está constituida únicamente por el derecho al sufragio. Mediante el voto, se explica, el individuo participa en la colectividad y defiende sus intereses y visiones. Pero ¿no es demasiado pretencioso derivar tantas acciones cívicas de un solo acto fugaz?... El espacio colectivo se usa, se disfruta, pero también se disputa. Si los ciudadanos fuesen, buenos hombres, no sería necesaria la democracia ni los sistemas legales. Exigir el perfil del buen ciudadano como condición indispensable para el funcionamiento de la democracia es decir nada; es como afirmar que la efectividad de los sistemas sociales depende únicamente de la moral individual de las personas, de modo que las estructuras y los arreglos colectivos y políticos pierden justificación.Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
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Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 335449 |
La democracia requiere de individuos libres, autónomos e independientes, pero reunidos y en colaboración. Uno de los puntos básicos del discurso que bien puede llamarse como el, triunfalismo electoral, es insistir en que la dimensión individualizada de la democracia está constituida únicamente por el derecho al sufragio. Mediante el voto, se explica, el individuo participa en la colectividad y defiende sus intereses y visiones. Pero ¿no es demasiado pretencioso derivar tantas acciones cívicas de un solo acto fugaz?... El espacio colectivo se usa, se disfruta, pero también se disputa. Si los ciudadanos fuesen, buenos hombres, no sería necesaria la democracia ni los sistemas legales. Exigir el perfil del buen ciudadano como condición indispensable para el funcionamiento de la democracia es decir nada; es como afirmar que la efectividad de los sistemas sociales depende únicamente de la moral individual de las personas, de modo que las estructuras y los arreglos colectivos y políticos pierden justificación.
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