El hombre que no sabía bailar. Las memorias de Coetzee
Summary: La reticencia apuntala cualquier verdad literaria y el uso de la elipsis tensa las anécdotas. La discriminación de elementos crea un sentido de realidad más poderoso, mientras que la sugerencia e incluso la omisión poseen el don de acrecentar el peso de los hechos, igual que los silencios dotan de armonía a la partitura musical. Difícil no caer en la banalidad, la monotonía o la vanagloria encubierta cuando a la hora de rendir cuentas en una autoexploración, un gran escritor sucumbe ante la moda de, contarlo todo, como si el mero cumplimiento de este mandato asegurara la trascendencia de un texto que necesariamente entraña una naturaleza confesional… En la secuencia de transgresión, confesión, penitencia y absolución ... la absolución equivale al fin del capítulo, la liberación del yugo de la memoria. Por tanto, la absolución es en este sentido la meta indispensable de toda confesión, sacramental o secular. A partir de este razonamiento expresado por J.M. Coetzee en un ensayo incluido en Doubling the Point, 1992, se podría prever que al abordar más tarde el género que se da en llamar, memoria, el autor lo haría con todo el rigor que le despiertan las otras vertientes de la escritura, que para nada se trataría de un ejercicio de vanidad soterrada o capricho necio.Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
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Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 331932 |
La reticencia apuntala cualquier verdad literaria y el uso de la elipsis tensa las anécdotas. La discriminación de elementos crea un sentido de realidad más poderoso, mientras que la sugerencia e incluso la omisión poseen el don de acrecentar el peso de los hechos, igual que los silencios dotan de armonía a la partitura musical. Difícil no caer en la banalidad, la monotonía o la vanagloria encubierta cuando a la hora de rendir cuentas en una autoexploración, un gran escritor sucumbe ante la moda de, contarlo todo, como si el mero cumplimiento de este mandato asegurara la trascendencia de un texto que necesariamente entraña una naturaleza confesional… En la secuencia de transgresión, confesión, penitencia y absolución ... la absolución equivale al fin del capítulo, la liberación del yugo de la memoria. Por tanto, la absolución es en este sentido la meta indispensable de toda confesión, sacramental o secular. A partir de este razonamiento expresado por J.M. Coetzee en un ensayo incluido en Doubling the Point, 1992, se podría prever que al abordar más tarde el género que se da en llamar, memoria, el autor lo haría con todo el rigor que le despiertan las otras vertientes de la escritura, que para nada se trataría de un ejercicio de vanidad soterrada o capricho necio.
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