La Escuela Práctica de Agricultura de Acapatzingo, Mor., en 1880 : un proyecto inconcluso de educación agrícola

A finales del siglo XIX el gobierno mexicano desarrolló una política de apoyo a las escuelas de agricultura, entre 1853 a 1910 se abrieron más de 20 escuelas agrícolas. Sin embargo, por las condiciones económicas y políticas imperantes en México, a excepción de Escuela Nacional de Agricultura y Veterinaria y la Escuela Particular de Agricultura "Hermanos Escobar" de Ciudad Juárez, todas las demás tuvieron una vida media menor a 3 años. Una de estas escuelas fue la de Acapatzingo, Mor., institución visitada por Villada en 1880 por comisión de la Secretaría de Fomento y situada en la parte norte de la ciudad de Cuernavaca. En su informe Villada describe la planta fisica de la escuela, sus terrenos, sus instalaciones, su jardín y su estanque, así como los límites de la hacienda y los problemas a que se enfrenta con los vecinos, a quienes se les expropió y no se les ha pagado. Explica cómo está conformado el personal académico por cuatro profesores bajo la dirección del Ing. José C. Segura y la procedencia de los 90 alumnos pensionistas del estado de Morelos y de la Federación; el plan de estudios y la distribución de los horarios a los que son sometidos los estudiantes. Además describe los horarios de comida y los diferentes me nús. Incide duramente contra el personal administrativo, mismo que exhibía seria irregularidades y sobre todo la tardanza de los fondos financieros de parte del gobierno de Morelos. Quizá la más valiosa contribución de Manuel Villada al hacer su informe fue el haber tenido la visión hacia el futuro, sugiriendo una Escuela que se dedicara al estudio de la producción de caña de azúcar y de la producción de alcohol. Finalmente con todos estos argumentos se puede intuir que las condiciones políticas, sociales y económicas en las que se establecieron estas Escuelas Prácticas de Agricultura no fueron las adecuadas como para poder perdurar a lo largo del tiempo, por lo que después de una corta vida desaparecieron casi sin dejar rastro. Sin embargo, es indudable que a lo largo del porfiriato se hicieron esfuerzos infructuosos por desarrollar núcleos de desarrollo regional.