Mujeres : los derechos y las equivocaciones
In: Sociológica 5, 14 (sep-dic. 1990), 323-331Summary: La razón principal por la que George Orwel se exasperaba ante la simpleza socialista y la atacaba con tanta ferocidad, consistía en que él mismo era un socialista. Pocas cosas son tan irritantes como escuchar malos argumentos y levantar falsas protestas, en relación con una causa en la que uno cree apasionadamente. Para mí, un ejemplo muy claro lo representan los derechos de la mujer. Creo en ellos sinceramente, pero la mitad de los argumentos más comunes presentados por las feministas son planteamientos malos o irrelevantes. Estos argumentos desfavorecen la causa misma, la cual es verdadera y justa.Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Copy number | Status | Date due | Barcode |
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Revistas | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | XX(212420.1 | 1 | Available | 212420-1001 |
La razón principal por la que George Orwel se exasperaba ante la simpleza socialista y la atacaba con tanta ferocidad, consistía en que él mismo era un socialista. Pocas cosas son tan irritantes como escuchar malos argumentos y levantar falsas protestas, en relación con una causa en la que uno cree apasionadamente. Para mí, un ejemplo muy claro lo representan los derechos de la mujer. Creo en ellos sinceramente, pero la mitad de los argumentos más comunes presentados por las feministas son planteamientos malos o irrelevantes. Estos argumentos desfavorecen la causa misma, la cual es verdadera y justa.
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