El Congreso "chupa faros" / Germán Martínez Cázares

Mi abuela materna, Margarita, antes de chupar faros, fumaba cigarros Alas. Alternaba la costura de ganchillo, el rezo de novenas a decenas de santos y las horneadas de unos riquísimos panecillos de canela. Su figura corva se erguía cuando llevaba a la boca el cigarro y aventaba las bocanadas de humo al cielo, como incienso de alabanza de aquellas misas dominicales a las que asistía vestida de gala y con un velo negro sobre su cabeza. Eran los tiempos del poderoso presidencialismo. Luis Echeverría todo lo decidía, despachaba saludos con las dos manos y se dejaba vitorear enfundado en guayabera. Los mejores niños de las escuelas de todo el país concursaban en la zona escolar para que el triunfador pudiera viajar a la Ciudad de México y, ver al presidente.

Análisis