Los Balcanes y la guerra fría / Dragomir Draganov
In: Istor 2, 6 (otoño. 2001), 15-34Summary: Se admite oficialmente que el primer disparo de la guerra fría lo dio Winston Churchill con su discurso del 5 de marzo de 1946 en Fulton, EE.UU., en el que propuso levantar un "telón de acero" contra "los designios agresivos de la URSS", es decir, contra la expansión del comunismo en Europa y el mundo. Dieciocho meses mas tarde, a final de septiembre de 1947, en la conferencia constituyente del buró informativo de los partidos comunistas (Kominform) celebrada en Polonia, el ideólogo del estalinismo Andrei Zhdanov "le devolvió el gesto" a Churchill anunciando la división del mundo en dos campos: uno "imperialista y antidemocrático", con EE.UU. al frente, y otro, "antiimperialista y democrático", encabezado por la URSS. Sin embargo, fue mucho antes, en octubre de 1944, en Moscú, cuando Churchill y Stalin planearon esta división del mundo en "esferas de influencia". Y -¿que ironía del destino!- el material concreto y manifiesto del reparto fueron los Balcanes. Según el bien conocido documento, los angloamericanos recibieron 90 % de influencia en Grecia a cambio del 90 % para los rusos en Rumania; 25 % frente a 75 % en Bulgaria, y 50 % para cada superpotencia en Yugoslavia.Se admite oficialmente que el primer disparo de la guerra fría lo dio Winston Churchill con su discurso del 5 de marzo de 1946 en Fulton, EE.UU., en el que propuso levantar un "telón de acero" contra "los designios agresivos de la URSS", es decir, contra la expansión del comunismo en Europa y el mundo. Dieciocho meses mas tarde, a final de septiembre de 1947, en la conferencia constituyente del buró informativo de los partidos comunistas (Kominform) celebrada en Polonia, el ideólogo del estalinismo Andrei Zhdanov "le devolvió el gesto" a Churchill anunciando la división del mundo en dos campos: uno "imperialista y antidemocrático", con EE.UU. al frente, y otro, "antiimperialista y democrático", encabezado por la URSS. Sin embargo, fue mucho antes, en octubre de 1944, en Moscú, cuando Churchill y Stalin planearon esta división del mundo en "esferas de influencia". Y -¿que ironía del destino!- el material concreto y manifiesto del reparto fueron los Balcanes. Según el bien conocido documento, los angloamericanos recibieron 90 % de influencia en Grecia a cambio del 90 % para los rusos en Rumania; 25 % frente a 75 % en Bulgaria, y 50 % para cada superpotencia en Yugoslavia.
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