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Proteccionismo agrícola y dumping social

By: Material type: ArticleArticle In: Investigación económica 57, 219 (ene-mar. 1997), 85-113Summary: El libre comercio es un buen lema. Expresa el deseo de libertad de comercio por parte de las naciones para su gloria y fortuna. Nadie puede estar en contra de la libertad. Aquellos que lo están, no sólo tienen que soportar miradas sospechosas sobre sus opiniones, sino también risitas sobre su probable bajo coeficiente intelectual. No entender el teorema de las ventajas comparativas relativas, sobre el que se basa toda la arquitectura matemática y lógica del libre comercio equivale a ser declarado insano o a ser catalogado como poseedor de un "disco duro" de baja potencia neuronal. En el lenguaje de los economistas, como en el lenguaje de los diplomáticos, no hay emociones; sólo la fría y contundente lógica, que como un cochillo bien afilado corta, sin resistencias, la mantequilla. Sin embargo, a veces el lenguaje amable y generoso del Dr. Jekyll se convierte en el lenguaje fuerte y duro, sin que signifique descortés, de Mr. Hyde. Si se lee el informe del economista Larry Summers, subsecretario del tesoro de los Estados Unidos, leído en la Conferencia Americana de Empresas, de septiembre de 1994, empieza uno a adrse cuenta que una cosa es el lenguaje "neutro" y científico del economista en su aula de clase, y otro lenguaje bien distitno el empleado ante los hombres de negocios, curtidos en el campo de batalla de la competencia, reduciendo márgenes de ganancias, ampliando segmentos del mercado, comprimiendo salarios, convenciendo a los banqueros para obtenenr nuevos créditos, y condiciones más flexibles, etc.; pero poco receptivos para lo que no sea su negocio: hacer ganancias. Mr. Summers dice: "Las exportaciones son nuestra prioridad máxima (...) y nuestra filosofía es el activismo exportado", que no es ni el proteccionismo reactivo, ni tampoco el laissez-faire. "La mentalidad de 'volver' la otra mejilla no es compartida por la administración Clinton." Esto último, "volver la otra mejilla", significaría aplicar el libre comercio de manera unilateral, pase lo que pase con la política comercial de los socios comerciales. "En un mundo en el que algunos países actúan estratégicamente, Estados Unidos tiene que usar su poder para derribar las barreras comerciales en el mundo". En el mundo de hoy, ¿cómo se logran derribar las barreras al libre comercio? "La llamada telefónica del presidente Clinton a Arabia Saudita y la visita de Ron Brown (secretario de comercio) a China no son esfuerzos aislados." "El involucramiento de altas figuras de la administración Clinton, ganó docenas de contratos por más de 10 millardos cuadrados (Brown: 17) de dólares el año pasado (1993).". ¿Atentan estas llamadas y visitas contra el libre comercio? "esta clase de promoción a las exportaciones podría parecer como si le hiciéramos el quite al mercado. En un mundo ideal, esto no sería necesario. Pero, éste no es el mundo ideal. Los gobiernos extranjeros luchan para ganar contratos para sus industrias. Esta administración usará todo su poder para contrarrestarlos. (...) Estados Unidos luchará contra ellos con dientes y uñas." Este lenguaje de campo de batalla, más apropiado para los estrategas militares, que para los fríos economistas, que consideramos a los hombres como simples estadísticas y promedios, no es propiamente el lenguaje de un profesor. ¿Es compatible este activismo exportado, abriendo las puertas del comercio a empellones, con las reglas del ya desaparecido GATT o de la recién creada OMC? las medidas unilaterales de los Estados Unidos, sustentadas en las leyes acordadas de comercio, como la super 301, "tiene que mantenerse en nuestro arsenal (...) algunos críticos piensan que los instrumentos, como la super 301, representan una forma de comercio administrado. Este cargo no tiene piso. Las medidas unilaterales son parte y paquete importante de los esfuerzos de la administración Clinton a través del GATT. En el mundo real, la influencia de los Estados Unidos para derrumbar las barreras comerciales es más rápido que haciéndolo a través del foro multilateral del GATT. Esto ayuda a todos nuestros socios comerciales". "Como dice el presidente Clinton: Estados Unidos tiene que competir y no tiene por qué retirarse". Pero no creamos que el señor Summers no lucha por el libre comercio. Él lo hace a su manera, con la llamada teoría de la bicicleta del libre comercio: si no se sostiene el pedaleo hacia adelante, la bicicleta se derrumba. El acuerdo de la ronda Uruguay del GATT es un paso, la liberalización del comercio tiene que continuar. Y al frente de la estrategia exportadora, para que no haya dudas al respecto, no sólo se encuentran las secretarías comerciales, sino también los departamentos de Estado, del tesoro, de la energía, de agricultura, y el de la defensa... Para el joven teórico Paul Krugman, estrella de Holliwood económico, tanto Mr. Summers, como Brown, Laura Tyson, Michael Kantor, etc., todos grandes figuras en la administración de Clinton, pertenecen "a la industria de consejos sobre competitividad, 'geoeconomistas', y teóricos del comercio administrado que ha florecido en Washington", pero que le ha dado tan buenos resultados a la administración Clinton. 1994 fue realmente un año excepcional y expansivo: la tasa real del PIB creció 4%, y se espera 3.25% para 1995: la inflación estuvo en 2.7%, la más baja en los últimos 5 años; se crearon 3 millones de empleos; la tasa de desempleo pasó de 6.8% en 1993 a observar una tendencia decreciente en todo 1994, siendo 6.1% en agosto, y 5.6% en noviembre: las exportaciones crecieron 3.7% en 1993, para mostrar tasas crecientes en todo 1994, de 6, 8 y 14.5%, para los tres primeros trimestres, lo que constituye un récord para Estados Unidos en los últimos años. Realmente, el discurso de Mr. Summers resume optimismo por todos lados, y razón tenía para ello. Su tono no es el del derrotado que amenaza, es el del victorioso que dice como consiguió el triunfo. El activismo exportador es otro tecnicismo para disfrazar el interés nacional en el comercio internacional, y convertirlo en el interés de toda la comunidad internacional; sin embargo, en la economía como en la guerra sigue siendo válido que el fin justifica los medios, y el lenguaje utilizado es cada vez menos académico y más militarista, no sólo para especialista sino también para el hombre común y corriente. En el presente artículo se presentará una visión general sobre el proteccionismo agrícola de los países industriales (PI); en segundo lugar, se hará una evaluación de los objetivos del protecionismo y sus costos; en tercer lugar, se describirán los beneficios de la liberalización del comercio agrícola; en cuarto lugar, se analizará la situación presentada con la ronda Uruguay del GATT y sus resultados; y por último una reflexión final sobre el dumping social como un nuevo instrumento de los países industriales (PI) contra los países en desarrollo (PED) para limitar sus exportaciones y una conclusión final.
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El libre comercio es un buen lema. Expresa el deseo de libertad de comercio por parte de las naciones para su gloria y fortuna. Nadie puede estar en contra de la libertad. Aquellos que lo están, no sólo tienen que soportar miradas sospechosas sobre sus opiniones, sino también risitas sobre su probable bajo coeficiente intelectual. No entender el teorema de las ventajas comparativas relativas, sobre el que se basa toda la arquitectura matemática y lógica del libre comercio equivale a ser declarado insano o a ser catalogado como poseedor de un "disco duro" de baja potencia neuronal. En el lenguaje de los economistas, como en el lenguaje de los diplomáticos, no hay emociones; sólo la fría y contundente lógica, que como un cochillo bien afilado corta, sin resistencias, la mantequilla. Sin embargo, a veces el lenguaje amable y generoso del Dr. Jekyll se convierte en el lenguaje fuerte y duro, sin que signifique descortés, de Mr. Hyde. Si se lee el informe del economista Larry Summers, subsecretario del tesoro de los Estados Unidos, leído en la Conferencia Americana de Empresas, de septiembre de 1994, empieza uno a adrse cuenta que una cosa es el lenguaje "neutro" y científico del economista en su aula de clase, y otro lenguaje bien distitno el empleado ante los hombres de negocios, curtidos en el campo de batalla de la competencia, reduciendo márgenes de ganancias, ampliando segmentos del mercado, comprimiendo salarios, convenciendo a los banqueros para obtenenr nuevos créditos, y condiciones más flexibles, etc.; pero poco receptivos para lo que no sea su negocio: hacer ganancias. Mr. Summers dice: "Las exportaciones son nuestra prioridad máxima (...) y nuestra filosofía es el activismo exportado", que no es ni el proteccionismo reactivo, ni tampoco el laissez-faire. "La mentalidad de 'volver' la otra mejilla no es compartida por la administración Clinton." Esto último, "volver la otra mejilla", significaría aplicar el libre comercio de manera unilateral, pase lo que pase con la política comercial de los socios comerciales. "En un mundo en el que algunos países actúan estratégicamente, Estados Unidos tiene que usar su poder para derribar las barreras comerciales en el mundo". En el mundo de hoy, ¿cómo se logran derribar las barreras al libre comercio? "La llamada telefónica del presidente Clinton a Arabia Saudita y la visita de Ron Brown (secretario de comercio) a China no son esfuerzos aislados." "El involucramiento de altas figuras de la administración Clinton, ganó docenas de contratos por más de 10 millardos cuadrados (Brown: 17) de dólares el año pasado (1993).". ¿Atentan estas llamadas y visitas contra el libre comercio? "esta clase de promoción a las exportaciones podría parecer como si le hiciéramos el quite al mercado. En un mundo ideal, esto no sería necesario. Pero, éste no es el mundo ideal. Los gobiernos extranjeros luchan para ganar contratos para sus industrias. Esta administración usará todo su poder para contrarrestarlos. (...) Estados Unidos luchará contra ellos con dientes y uñas." Este lenguaje de campo de batalla, más apropiado para los estrategas militares, que para los fríos economistas, que consideramos a los hombres como simples estadísticas y promedios, no es propiamente el lenguaje de un profesor. ¿Es compatible este activismo exportado, abriendo las puertas del comercio a empellones, con las reglas del ya desaparecido GATT o de la recién creada OMC? las medidas unilaterales de los Estados Unidos, sustentadas en las leyes acordadas de comercio, como la super 301, "tiene que mantenerse en nuestro arsenal (...) algunos críticos piensan que los instrumentos, como la super 301, representan una forma de comercio administrado. Este cargo no tiene piso. Las medidas unilaterales son parte y paquete importante de los esfuerzos de la administración Clinton a través del GATT. En el mundo real, la influencia de los Estados Unidos para derrumbar las barreras comerciales es más rápido que haciéndolo a través del foro multilateral del GATT. Esto ayuda a todos nuestros socios comerciales". "Como dice el presidente Clinton: Estados Unidos tiene que competir y no tiene por qué retirarse". Pero no creamos que el señor Summers no lucha por el libre comercio. Él lo hace a su manera, con la llamada teoría de la bicicleta del libre comercio: si no se sostiene el pedaleo hacia adelante, la bicicleta se derrumba. El acuerdo de la ronda Uruguay del GATT es un paso, la liberalización del comercio tiene que continuar. Y al frente de la estrategia exportadora, para que no haya dudas al respecto, no sólo se encuentran las secretarías comerciales, sino también los departamentos de Estado, del tesoro, de la energía, de agricultura, y el de la defensa... Para el joven teórico Paul Krugman, estrella de Holliwood económico, tanto Mr. Summers, como Brown, Laura Tyson, Michael Kantor, etc., todos grandes figuras en la administración de Clinton, pertenecen "a la industria de consejos sobre competitividad, 'geoeconomistas', y teóricos del comercio administrado que ha florecido en Washington", pero que le ha dado tan buenos resultados a la administración Clinton. 1994 fue realmente un año excepcional y expansivo: la tasa real del PIB creció 4%, y se espera 3.25% para 1995: la inflación estuvo en 2.7%, la más baja en los últimos 5 años; se crearon 3 millones de empleos; la tasa de desempleo pasó de 6.8% en 1993 a observar una tendencia decreciente en todo 1994, siendo 6.1% en agosto, y 5.6% en noviembre: las exportaciones crecieron 3.7% en 1993, para mostrar tasas crecientes en todo 1994, de 6, 8 y 14.5%, para los tres primeros trimestres, lo que constituye un récord para Estados Unidos en los últimos años. Realmente, el discurso de Mr. Summers resume optimismo por todos lados, y razón tenía para ello. Su tono no es el del derrotado que amenaza, es el del victorioso que dice como consiguió el triunfo. El activismo exportador es otro tecnicismo para disfrazar el interés nacional en el comercio internacional, y convertirlo en el interés de toda la comunidad internacional; sin embargo, en la economía como en la guerra sigue siendo válido que el fin justifica los medios, y el lenguaje utilizado es cada vez menos académico y más militarista, no sólo para especialista sino también para el hombre común y corriente. En el presente artículo se presentará una visión general sobre el proteccionismo agrícola de los países industriales (PI); en segundo lugar, se hará una evaluación de los objetivos del protecionismo y sus costos; en tercer lugar, se describirán los beneficios de la liberalización del comercio agrícola; en cuarto lugar, se analizará la situación presentada con la ronda Uruguay del GATT y sus resultados; y por último una reflexión final sobre el dumping social como un nuevo instrumento de los países industriales (PI) contra los países en desarrollo (PED) para limitar sus exportaciones y una conclusión final.

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