El Proceso de Julio Scherer
Material type: Article In: Revista mexicana de comunicación 46 (nov. 96-ene. 97), 3-12Summary: En !a primera semana de noviembre, la revista Proceso cumplió su vigésimo aniversario y anunció relevos en su mando directivo. El semanario político de mayor presencia en nuestro país, desde que comenzó a circular el seis de noviembre de 1976, se ha mantenido en el primer plano informativo albergando una línea abiertamente critica, cuestionadora, independiente y reveladora de lacras, vicios e inepcias de los gobernantes en turno. Su peculiar forma de hacer y vivir el periodismo ha significado a todas luces un contrapeso frente a los excesos del sistema presidencial, un acicate y ejemplo a la vez para distintos medios informativos, y un factor polítco medular ante los vacíos de la oposición partidista. Por ello no pueden soslayarse los primeros veinte años de vida de Proceso. Pocos momentos como el de la presente coyuntura invitan a hacer un repaso de su historia que, por cierto, salvo los episodios iniciales, resulta difícil de reconstruir, pues al igual que a Julio Scherer, su director fundador, a Proceso le repulsa mucho hablar de sí misma o prestarse para que se haga de ella un escrutinio detallado. Así pues, con los pocos datos a la mano, Rafael Ocampo, reportero de esa revista, ofrece una aproximación al esfuerzo de un grupo de profesionales convencidos de que en México es posible hacer un periodismo veraz, honesto e independiente de todo poder económico y político. Asimismo, presentamos algunos bocetos sobre un binomio cuyo quehacer ha estimulado un ejercicio periodístico sin concesiones, esencialmente revelador y critico: Proceso y Scherer.Perfiles
En !a primera semana de noviembre, la revista Proceso cumplió su vigésimo aniversario y anunció relevos en su mando directivo. El semanario político de mayor presencia en nuestro país, desde que comenzó a circular el seis de noviembre de 1976, se ha mantenido en el primer plano informativo albergando una línea abiertamente critica, cuestionadora, independiente y reveladora de lacras, vicios e inepcias de los gobernantes en turno. Su peculiar forma de hacer y vivir el periodismo ha significado a todas luces un contrapeso frente a los excesos del sistema presidencial, un acicate y ejemplo a la vez para distintos medios informativos, y un factor polítco medular ante los vacíos de la oposición partidista. Por ello no pueden soslayarse los primeros veinte años de vida de Proceso. Pocos momentos como el de la presente coyuntura invitan a hacer un repaso de su historia que, por cierto, salvo los episodios iniciales, resulta difícil de reconstruir, pues al igual que a Julio Scherer, su director fundador, a Proceso le repulsa mucho hablar de sí misma o prestarse para que se haga de ella un escrutinio detallado. Así pues, con los pocos datos a la mano, Rafael Ocampo, reportero de esa revista, ofrece una aproximación al esfuerzo de un grupo de profesionales convencidos de que en México es posible hacer un periodismo veraz, honesto e independiente de todo poder económico y político. Asimismo, presentamos algunos bocetos sobre un binomio cuyo quehacer ha estimulado un ejercicio periodístico sin concesiones, esencialmente revelador y critico: Proceso y Scherer.
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