La mortalidad infantil en los niños en los años noventas

En esta década de altibajos en varios indicadores económicos y en general de deterioro en los niveles de bienestar, un parámetro que tradicionalmente ha sido considerado como fiel reflejo de las condiciones de vida es la tasa de mortalidad infantil, TMI. Otrora considerada como uno de los mejores indicadores del nivel socioeconómico, la TMI mantiene su tendencia secular descendente, a pesar de la esperada, y nunca llegada, redistribución de la prosperidad, el error de diciembre y su cascada de secuelas que se proyectan hacia el futuro… El, paradójico, descenso de la mortalidad infantil paralelo al deterioro en las condiciones de vida no es exclusivo de la última década del siglo… Durante la anterior, la llamada década perdida, aun con el estancamiento económico, la TMI descendió debido a una conjugación de factores entre los que no se debe soslayar la práctica generalizada de la planificación familiar: cada vez nacen menos niños con un mayor riesgo de morir, como los hijos de mujeres en los extremos del periodo reproductivo, los niños cuyo orden de nacimiento es alto, del cuarto en adelante, así como aquellos entre los que media un intervalo intergenésico corto, menos de dos años.