PRI versus democracia
Material type: ArticleSummary: Cuando una dictadura militar da paso a una democracia, la élite castrense debe dejar el poder por completo, y el ejército regresar a sus cuarteles, para devolver la vida política a los partidos y los civiles. En el caso de un régimen de partido de Estado las cosas son diferentes; dicho partido puede reclamar su derecho a participar en las nuevas reglas democráticas, y a que se le respete un posible triunfo en ellas, si acaso lo consigue. Es decir, la democracia no exige, por principio, la desaparición o derrota de ese partido, sino simplemente el cambio de las reglas para contender por el poder, de manera que cualquiera de los participantes, incluido el antiguo partido de Estado, tenga la misma oportunidad de triunfar. Desde luego, si un partido estatal ha quedado muy debilitado, quizá no logre mantenerse en pie para competir en condiciones democráticas, pero ese será su problema. El pacto democrático consiste, o debiera consistir, en que el partido oficial acepte reglas equitativas en la competencia política, a cambio de que se le permita seguir participando en la justa democrática, con los mismos derechos que los demás contendientes, incluida la posibilidad de su victoria.Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
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Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 368298 |
Cuando una dictadura militar da paso a una democracia, la élite castrense debe dejar el poder por completo, y el ejército regresar a sus cuarteles, para devolver la vida política a los partidos y los civiles. En el caso de un régimen de partido de Estado las cosas son diferentes; dicho partido puede reclamar su derecho a participar en las nuevas reglas democráticas, y a que se le respete un posible triunfo en ellas, si acaso lo consigue. Es decir, la democracia no exige, por principio, la desaparición o derrota de ese partido, sino simplemente el cambio de las reglas para contender por el poder, de manera que cualquiera de los participantes, incluido el antiguo partido de Estado, tenga la misma oportunidad de triunfar. Desde luego, si un partido estatal ha quedado muy debilitado, quizá no logre mantenerse en pie para competir en condiciones democráticas, pero ese será su problema. El pacto democrático consiste, o debiera consistir, en que el partido oficial acepte reglas equitativas en la competencia política, a cambio de que se le permita seguir participando en la justa democrática, con los mismos derechos que los demás contendientes, incluida la posibilidad de su victoria.
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