Los desafíos demográficos de México en el nuevo milenio

Las relaciones entre desarrollo y población son múltiples y complejas. Por un lado, el proceso de desarrollo favorece el cambio demográfico: factores como la mortalidad, la fecundidad y la migración tienden a reaccionar, aunque siempre de manera diversa, a las modalidades que adopta el primero. Por el otro, el acelerado crecimiento demográfico suele ejercer fuertes presiones sobre la provisión de servicios, educación, salud, vivienda e infraestructura, los recursos naturales y el medio ambiente y traducirse en elevados requerimientos de inversión para absorber la fuerza de trabajo, con lo cual se hace sumamente difícil la satisfacción de las demandas sociales, el abatimiento de los rezagos acumulados y la realización misma de las tareas del desarrollo. Por ambas razones, se suele reconocer la necesidad de actuar en ambas esferas, es decir, tanto sobre los procesos del desarrollo económico y social, como sobre los fenómenos poblacionales, con el fin de contribuir a elevar el bienestar de los mexicanos y afincar las bases de un desarrollo sostenible y sustentable.