Arquitectura y delito
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Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 367935 |
Al ver un castillo medieval no tenemos que esforzarnos demasiado para imaginar las condiciones de seguridad que imperaban en la época en que fue construido. No sólo es el caso de las fortalezas elevadas en la cima de un peñasco, con murallas alrededor y torreones en cada esquina; también ocurre algo semejante en ciertas ciudades, como Florencia, donde las viviendas de los personajes importantes se conocían como casas torres, porque a eso se reducían: altos bloques de piedra, inexpugnables, con escasas y minúsculas ventanas abiertas en lo alto de gruesos muros rematados con almenas. La inseguridad no excluía entonces a los más poderosos: si una facción eliminaba de la escena pública a una familia rival ésta salía al destierro y su casa era demolida hasta los cimientos, Maquiavelo conocía la historia de su ciudad y escribió sobre la inutilidad de las fortalezas: ¿contribuiría una observación como ésta a su teoría política?. El Palazzo Vecchio, que albergaba al gobierno republicano hasta los Medici -estos banqueros trasladaron la administración a su propio palacio y luego suprimieron la república-, era todavía una fortificación militar con almenas, paso de ronda y torre de vigilancia, levantada en el centro mismo de Florencia.
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