El milenio cristiano

Me une con Adolfo Aguilar Zinser una amistad que abarca cinco generaciones. Su bisabuelo y mi padre fueron amigos, como también lo fueron su abuela y mi madre, como lo somos ahora sus hermanos, sus sobrinos y el que esto escribe, y como espero serlo de sus hijos. A veces pienso que, entre nosotros, la amistad está inscrita en nuestros genes. A lo largo de los años, hemos tenido innumerables y profundas discrepancias en cuestiones políticas, ideológicas y de estilos de vida, así como en nuestra percepción de ciertos personajes cruciales de México. Pero nada de eso ha menguado en un ápice nuestra relación. No había sentido la necesidad de contradecirlo públicamente, aunque en privado lo hago con frecuencia). Sin embargo, cuando se refirió no hace mucho a Cristo como el fundador de la cultura occidental, me sentí impelido a empujar la pluma… Debiera ser obvio que la historia de Occidente antecede por milenios a la gesta cristiana. No sólo eso. Si bien el cristianismo ocupa una parte importantísima de su historia, en Occidente existe cuando menos otra tradición, aún más determinante en la formación de nuestra cultura, que es ajena a la herencia judeo,cristiana: la tradición grecolatina. Puede argumentarse, incluso, que lo peculiarmente occidental es la invención de la lógica formal y la idea de que la realidad puede aprehenderse a través de la investigación empírica: ambas ideas son griegas en su origen y son opuestas, en esencia, al misticismo de las religiones monoteístas.