La realidad y su fantasma
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Item type | Current library | Collection | Call number | Materials specified | Status | Date due | Barcode |
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Analítica | Biblioteca Legislativa | Hemeroteca | Available | 364694 |
Hay animales que se mimetizan para no ser vistos, pero también hay visiones incapaces de apercibirse de lo que en realidad ven. La única vez que me ha picado un alacrán fue porque lo vi sin verlo: estaba ahí, clarito, entre la hierba y mi canica, y era mi turno de tirar. Pero nos pasa cosa semejante a todos, que si tenemos obsesiones o ideas fijas en la cabeza muy fácilmente ignoramos o no registramos lo que vemos, a pesar de tener una intuición de completud. En actitudes comunes, al caminar o manejar, al ir por un vaso de agua, percibimos el mundo como una existencia continua y dada a los sentidos sin fracturas ni huecos. Pero el hecho es que tenemos grandes zonas donde la percepción es nula. Además de los muy comunes casos en los que se ve sin ver, la visión del ser humano es estereoscópica y quienquiera que haya tomado un librito de anatomía, divulgación científica o pasatiempos, habrá visto que hay un par de zonas absolutamente ciegas, una a cada lado de los ojos, un área que nuestros cerebritos se encargan de rellenar, de tapar y de percibir como si el rango de visión estuviera completo: creemos ver donde en realidad no vemos.
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