Paplini, Gourmont, Melville, Crane

Lo que lee el que vive. En el viejo libro Figuras humanas, Retratos Extranjeros, difundido en 1967 por Plaza,Janés, publicado en Italia en 1940, escrito en los primeros años del siglo, en la juventud de Giovanni Papini, de Florencia él que vivió de 1881 a 1956, hallo, en ese libro, digo, dos descripciones fallidas que algo pueden enseñamos… Señalo con frecuencia que las descripciones en literatura son inútiles, porque fatalmente o necesariamente habremos de referir lo descrito a una imagen interior que traemos desde hace tiempo o desde hace mucho tiempo. Una mujer hermosa en una novela o en un cuento o en una crónica será la mujer que hemos labrado dentro de nosotros en años de infancia o de juventud, o en años de amor por una mujer inaccesible. Ya puede malgastar esfuerzos y páginas el escritor, nada habrá de alterar la imagen que nos pertenece en los ojos del alma. El dibujo pormenorizado de un gesto, de un rostro, es vano, porque de dentro nos habrá de brotar el rostro que ahí traemos, por recuerdos, visiones o vivencias del pasado. Las casas lóbregas de los relatos de fantasmas, me llevan a las ilustraciones de castillos embrujados, en las ediciones de Calleja, que leía en los años treintas…