Sonex Jarana significa alegría
Maillard, Tatiana
Sonex Jarana significa alegría
Cuando algo bueno ha aprendido, Ilán se ríe. La naturaleza del son jarocho, su potencia, descansa en eso: en enseñar y aprender para que el goce de la música sea de todos. A fin de cuentas, hasta hace ocho años este guitarrista, a quien su cabello encrespado le da el curioso aspecto de una palmera pelirroja, no sabía qué era el son jarocho. Rock, música árabe, ritmos mediterráneos. Eso sí, pero nunca son. Hasta que pasó a formar parte de Sonex. Ilán toma la jarana que descansa colgada en la pared. Se acerca dando zancadas y la extiende cual si fuera una ofrenda. Ahora la vas a tocar, advierte, con una sonrisa, como ofreciendo las llaves maestras que abren todas las puertas. Imposible decir no, no sé, nunca he tocado. N,ombre, La jarana es el instrumento más noble del mundo, vas a ver cómo se deja tocar, rebatirá él y pasará el tahalí detrás de tu cabeza y colocará el dedo índice de tu mano izquierda sobre la cuerda de sol. Traaaan. La mano derecha rasga, provocando un acorde guango, como si todas las cuerdas fueran acariciadas por un pescado muerto. Este mestizaje de ritmos y timbres que ha despertado la curiosidad de todo tipo de público alrededor del mundo surgió entre los muros de La Casa de Nadie, un espacio donde todos hacen música. O bailan. O cantan. O actúan. Donde todos aprenden o enseñan algo. Todo elemento tiene que partir de una inquietud natural. Hay quien experimenta como si mezclara ingredientes y el resultado es impostado. Nosotros rechazamos eso.
Sonex Jarana significa alegría
Cuando algo bueno ha aprendido, Ilán se ríe. La naturaleza del son jarocho, su potencia, descansa en eso: en enseñar y aprender para que el goce de la música sea de todos. A fin de cuentas, hasta hace ocho años este guitarrista, a quien su cabello encrespado le da el curioso aspecto de una palmera pelirroja, no sabía qué era el son jarocho. Rock, música árabe, ritmos mediterráneos. Eso sí, pero nunca son. Hasta que pasó a formar parte de Sonex. Ilán toma la jarana que descansa colgada en la pared. Se acerca dando zancadas y la extiende cual si fuera una ofrenda. Ahora la vas a tocar, advierte, con una sonrisa, como ofreciendo las llaves maestras que abren todas las puertas. Imposible decir no, no sé, nunca he tocado. N,ombre, La jarana es el instrumento más noble del mundo, vas a ver cómo se deja tocar, rebatirá él y pasará el tahalí detrás de tu cabeza y colocará el dedo índice de tu mano izquierda sobre la cuerda de sol. Traaaan. La mano derecha rasga, provocando un acorde guango, como si todas las cuerdas fueran acariciadas por un pescado muerto. Este mestizaje de ritmos y timbres que ha despertado la curiosidad de todo tipo de público alrededor del mundo surgió entre los muros de La Casa de Nadie, un espacio donde todos hacen música. O bailan. O cantan. O actúan. Donde todos aprenden o enseñan algo. Todo elemento tiene que partir de una inquietud natural. Hay quien experimenta como si mezclara ingredientes y el resultado es impostado. Nosotros rechazamos eso.
