Por un crecimiento urbano armónico con el medio ambiente
Editorial
Por un crecimiento urbano armónico con el medio ambiente
Pensar globalmente, actuar localmente es una premisa que ha sido referida en diferentes ámbitos, urbanístico, negocios, medio ambiente, etc., y por distintas personas en todo el mundo, y si bien no es sencillo determinar o adjudicar a alguien su origen, es una idea vigente que orilla a hacer una cuidadosa reflexión acerca del impacto que genera nuestra existencia en el planeta y la responsabilidad acerca de ello. La priorización del desarrollo urbano sobre el entorno ambiental ha ocasionado que tanto global como localmente existan daños serios a los ecosistemas con la consecuente afectación a la calidad del aire, agua y tierra, y a la propia vida. El Distrito Federal no es la excepción, y una clara muestra de esto son los acentuados problemas que derivan de la concentración urbana, entre ellos: el cambio climático y la contaminación del suelo, aire y agua; el aumento del tránsito de vehículos; la falta de vivienda adecuada y de servicios públicos; el cambio de uso del suelo de zonas de protección para edificar conjuntos habitaciones o comerciales y construir vialidades, y las remodelaciones del espacio público que derivan en derribo y pérdida del arbolado de la ciudad.
Por un crecimiento urbano armónico con el medio ambiente
Pensar globalmente, actuar localmente es una premisa que ha sido referida en diferentes ámbitos, urbanístico, negocios, medio ambiente, etc., y por distintas personas en todo el mundo, y si bien no es sencillo determinar o adjudicar a alguien su origen, es una idea vigente que orilla a hacer una cuidadosa reflexión acerca del impacto que genera nuestra existencia en el planeta y la responsabilidad acerca de ello. La priorización del desarrollo urbano sobre el entorno ambiental ha ocasionado que tanto global como localmente existan daños serios a los ecosistemas con la consecuente afectación a la calidad del aire, agua y tierra, y a la propia vida. El Distrito Federal no es la excepción, y una clara muestra de esto son los acentuados problemas que derivan de la concentración urbana, entre ellos: el cambio climático y la contaminación del suelo, aire y agua; el aumento del tránsito de vehículos; la falta de vivienda adecuada y de servicios públicos; el cambio de uso del suelo de zonas de protección para edificar conjuntos habitaciones o comerciales y construir vialidades, y las remodelaciones del espacio público que derivan en derribo y pérdida del arbolado de la ciudad.