El papel e incidencia de las comisiones de derechos humanos en la instrumentación de políticas públicas
Sepúlveda I., Ricardo J.
El papel e incidencia de las comisiones de derechos humanos en la instrumentación de políticas públicas
A partir de la reforma constitucional de 2011 se refuerza la obligación que tienen todas las autoridades con el respeto, promoción y defensa de los derechos humanos; esto conlleva, entre otras tareas, la de rediseñar las políticas públicas con un enfoque de derechos. En este contexto, resulta imprescindible lograr la participación de las comisiones de derechos humanos en esta ingente labor. La reforma de nuestra Carta Magna en derechos humanos ha supuesto una serie de cambios tridimensionales, que en el curso de los dos años transcurridos desde su publicación se han ido apenas identificando. Ello comprueba el dicho de muchos: ni quienes la impulsaron ni quienes la aprobaron sospechaban con claridad cuáles eran sus implicaciones. Lo que significa que la reforma es mucho más que sus actores. Más allá de que no han dejado de existir reacciones de resistencia a la aplicación de la reforma en el ámbito de los poderes públicos y de que por lo tanto no está exenta de amenazas regresivas, el común sentir de la sociedad y de las autoridades es el de concentrarse en buscar formas para impulsar su pronta y eficaz instrumentación.
El papel e incidencia de las comisiones de derechos humanos en la instrumentación de políticas públicas
A partir de la reforma constitucional de 2011 se refuerza la obligación que tienen todas las autoridades con el respeto, promoción y defensa de los derechos humanos; esto conlleva, entre otras tareas, la de rediseñar las políticas públicas con un enfoque de derechos. En este contexto, resulta imprescindible lograr la participación de las comisiones de derechos humanos en esta ingente labor. La reforma de nuestra Carta Magna en derechos humanos ha supuesto una serie de cambios tridimensionales, que en el curso de los dos años transcurridos desde su publicación se han ido apenas identificando. Ello comprueba el dicho de muchos: ni quienes la impulsaron ni quienes la aprobaron sospechaban con claridad cuáles eran sus implicaciones. Lo que significa que la reforma es mucho más que sus actores. Más allá de que no han dejado de existir reacciones de resistencia a la aplicación de la reforma en el ámbito de los poderes públicos y de que por lo tanto no está exenta de amenazas regresivas, el común sentir de la sociedad y de las autoridades es el de concentrarse en buscar formas para impulsar su pronta y eficaz instrumentación.