Javier Camarena, tenor El canto es como el box: hay que saber elegir al adversario
Maillard, Tatiana
Javier Camarena, tenor El canto es como el box: hay que saber elegir al adversario
Un sacerdote le dijo que su voz era fea. Sus padres se negaron a apoyarlo para que hiciera una carrera musical. Pero Javier Camarena hizo lo que quiso: se dio de baja en Ingeniería y se inscribió en la Facultad de Música de Jalapa. Ellos se equivocaron y Javier acertó. Como tenor mexicano, ha logrado lo que pocos: debutó en 2004 en el Palacio de Bellas Artes con el protagónico de La hija del regimiento y después de cuatro meses de estudiar en el Opernstudio de Zurich fue contratado como solista. En sus presentaciones el año pasado en la Metropolitan Opera House de Nueva York y en el Teatro Real en Madrid, el público se volcó de tal manera que en ambos recintos obsequió un bis. Sé lo que valgo como cantante, dice sin soberbia. También sabe que hay óperas que jamás podrá interpretar porque la voz no le alcanza. Las evita. Hay que saber elegir al adversario.
Javier Camarena, tenor El canto es como el box: hay que saber elegir al adversario
Un sacerdote le dijo que su voz era fea. Sus padres se negaron a apoyarlo para que hiciera una carrera musical. Pero Javier Camarena hizo lo que quiso: se dio de baja en Ingeniería y se inscribió en la Facultad de Música de Jalapa. Ellos se equivocaron y Javier acertó. Como tenor mexicano, ha logrado lo que pocos: debutó en 2004 en el Palacio de Bellas Artes con el protagónico de La hija del regimiento y después de cuatro meses de estudiar en el Opernstudio de Zurich fue contratado como solista. En sus presentaciones el año pasado en la Metropolitan Opera House de Nueva York y en el Teatro Real en Madrid, el público se volcó de tal manera que en ambos recintos obsequió un bis. Sé lo que valgo como cantante, dice sin soberbia. También sabe que hay óperas que jamás podrá interpretar porque la voz no le alcanza. Las evita. Hay que saber elegir al adversario.