Nada Es Seguro Todavía… En Ciberseguridad
Miranda, Enrique
Nada Es Seguro Todavía… En Ciberseguridad
El denominado caso SPEI, en el que fueron sustraídos al menos cuatrocientos millones de pesos, abre debates sobre en quiénes recae la responsabilidad de que varias instituciones financieras fueran hackeadas entre abril y mayo de este año; falta de regulación, el gran señalado. Ni fue el primero, ni será el último, por lo que a consideración de los especialistas consultados para este reportaje, reducir las estadísticas de los ataques cibernéticos reside en edificar una cultura de la ciberseguridad, que hasta el momento, parecía innecesaria. Respaldada por los lugares comunes del marketing empresarial, la hipótesis de una brecha digital en los sistemas de pago electrónicos de la banca privada se presumía nula; ni los, líderes en seguridad, ni los, trajes a la medida, fueron suficientes para evitar un robo y una teoría: cuatrocientos millones de pesos -al menos- fueron desviados de cinco instituciones bancarias. El diecisiete de abril pasado ocurrió el primer incidente, dos más se registraron el veinticuatro de abril, un cuarto ataque se registró el veintiséis del mismo mes y uno más el ocho de mayo. El Banco de México, así como los más grandes grupos financieros del país, negaron en un principio la posibilidad de que la infiltración, detectada a través de alertas en los procesos de validación de operaciones, se debiera a un hackeo…
Nada Es Seguro Todavía… En Ciberseguridad
El denominado caso SPEI, en el que fueron sustraídos al menos cuatrocientos millones de pesos, abre debates sobre en quiénes recae la responsabilidad de que varias instituciones financieras fueran hackeadas entre abril y mayo de este año; falta de regulación, el gran señalado. Ni fue el primero, ni será el último, por lo que a consideración de los especialistas consultados para este reportaje, reducir las estadísticas de los ataques cibernéticos reside en edificar una cultura de la ciberseguridad, que hasta el momento, parecía innecesaria. Respaldada por los lugares comunes del marketing empresarial, la hipótesis de una brecha digital en los sistemas de pago electrónicos de la banca privada se presumía nula; ni los, líderes en seguridad, ni los, trajes a la medida, fueron suficientes para evitar un robo y una teoría: cuatrocientos millones de pesos -al menos- fueron desviados de cinco instituciones bancarias. El diecisiete de abril pasado ocurrió el primer incidente, dos más se registraron el veinticuatro de abril, un cuarto ataque se registró el veintiséis del mismo mes y uno más el ocho de mayo. El Banco de México, así como los más grandes grupos financieros del país, negaron en un principio la posibilidad de que la infiltración, detectada a través de alertas en los procesos de validación de operaciones, se debiera a un hackeo…