Los Brazos de Odebrecht en América Latina
Ortega, Ariadna
Los Brazos de Odebrecht en América Latina
Esta es la radiografía de un complejo constructivo que logró expandir sus brazos por toda América Latina mediante el pago de sobornos a funcionarios, a cambio de millonarios contratos. La constructora brasileña comenzó su legado hace noventa y cuatro años con la fundación de la primera compañía nombrada con el apellido que hoy tiene a una decena de países latinoamericanos salpicados de corrupción: Emilio Odebrecht & Cía. En 1953, ya con Norberto Odebrecht al frente, la empresa realizó su primera obra para Petrobras: el proyecto Oleoducto Catu-Candeias, en Bahía, Brasil, considerado el ojo del huracán. La pequeña compañía del inmigrante alemán comenzó a forjar un imperio constructor, ahora con presencia en veinticinco países del mundo. En 1992 llegó a México, donde inauguró su poderío con la construcción de la Presa de Los Huítes, en Sinaloa. A raíz de la operación Lava Jato, lavado de autos, de la Fiscalía General de Brasil, que investiga actos ilícitos en Petrobras, se destapó el caso Odebrecht y la red de sobornos a funcionarios públicos. De acuerdo con la investigación brasileña, a través de la División de Operaciones Estructuradas, llamada, departamento de sobornos, Odebrecht repartía dinero a cambio de contratos que les favorecieran. El Departamento de Justicia de Estados Unidos confirmó en diciembre de 2016 que se entregaron 788 millones de dólares, mdd, a servidores públicos de doce países. De esa cifra, diez punto cinco mdd llegaron a nuestro país entre 2010 y 2014. En México, aunque la Secretaría de la Función Pública y la Procuraduría General de la República investigan cómo se habría desarrollado la red de corrupción aún no han dado a conocer nombres de los posibles implicados, incluso a través de solicitudes de transparencia, las dependencias informaron que el expediente está reservado de uno a cinco años, por haber una causa penal en curso.
Los Brazos de Odebrecht en América Latina
Esta es la radiografía de un complejo constructivo que logró expandir sus brazos por toda América Latina mediante el pago de sobornos a funcionarios, a cambio de millonarios contratos. La constructora brasileña comenzó su legado hace noventa y cuatro años con la fundación de la primera compañía nombrada con el apellido que hoy tiene a una decena de países latinoamericanos salpicados de corrupción: Emilio Odebrecht & Cía. En 1953, ya con Norberto Odebrecht al frente, la empresa realizó su primera obra para Petrobras: el proyecto Oleoducto Catu-Candeias, en Bahía, Brasil, considerado el ojo del huracán. La pequeña compañía del inmigrante alemán comenzó a forjar un imperio constructor, ahora con presencia en veinticinco países del mundo. En 1992 llegó a México, donde inauguró su poderío con la construcción de la Presa de Los Huítes, en Sinaloa. A raíz de la operación Lava Jato, lavado de autos, de la Fiscalía General de Brasil, que investiga actos ilícitos en Petrobras, se destapó el caso Odebrecht y la red de sobornos a funcionarios públicos. De acuerdo con la investigación brasileña, a través de la División de Operaciones Estructuradas, llamada, departamento de sobornos, Odebrecht repartía dinero a cambio de contratos que les favorecieran. El Departamento de Justicia de Estados Unidos confirmó en diciembre de 2016 que se entregaron 788 millones de dólares, mdd, a servidores públicos de doce países. De esa cifra, diez punto cinco mdd llegaron a nuestro país entre 2010 y 2014. En México, aunque la Secretaría de la Función Pública y la Procuraduría General de la República investigan cómo se habría desarrollado la red de corrupción aún no han dado a conocer nombres de los posibles implicados, incluso a través de solicitudes de transparencia, las dependencias informaron que el expediente está reservado de uno a cinco años, por haber una causa penal en curso.