El 41 constitucional
Alcocer V., Jorge
El 41 constitucional
En este febrero, para ser exactos el día 5, la Constitución de Querétaro cumple sus primeros cien años de vigencia. No es poca cosa si recordamos la vida efímera que distinguió a sus antecesoras, las que rigieron en el turbulento siglo Diecinueve de nuestra historia como nación independiente. Es lugar común, en estos días repetido hasta la saciedad, afirmar que la Carta Magna de 1917 ha sido, deformada, desnaturalizada, cambiada hasta hacerla irreconocible, por las múltiples reformas que el llamado Poder Reformador, o Constituyente Permanente, ha autorizado hacerle. La crítica parte de un hecho irrefutable: desde finales de los años ochenta del siglo pasado el afán reformador encontró en la Constitución su objeto preferido.
El 41 constitucional
En este febrero, para ser exactos el día 5, la Constitución de Querétaro cumple sus primeros cien años de vigencia. No es poca cosa si recordamos la vida efímera que distinguió a sus antecesoras, las que rigieron en el turbulento siglo Diecinueve de nuestra historia como nación independiente. Es lugar común, en estos días repetido hasta la saciedad, afirmar que la Carta Magna de 1917 ha sido, deformada, desnaturalizada, cambiada hasta hacerla irreconocible, por las múltiples reformas que el llamado Poder Reformador, o Constituyente Permanente, ha autorizado hacerle. La crítica parte de un hecho irrefutable: desde finales de los años ochenta del siglo pasado el afán reformador encontró en la Constitución su objeto preferido.