Algunos aspectos cuestionables del CNPP frente a los objetivos de la justicia material
Moreno Hernández, Moisés
Algunos aspectos cuestionables del CNPP frente a los objetivos de la justicia material
Regocijo y frustración ante la legislación procesal penal única: a) En un foro como este, que congrega a diversos juristas de la Academia Mexicana de Ciencias Penales y del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, que tiene como objetivo analizar el Código Nacional de Procedimientos Penales, CNPP, tal vez lo más normal habría sido que nuestras primeras expresiones fueran de regocijo, por el hecho de que, finalmente, contamos con un código procesal penal único para toda la República. Y en efecto, sobran razones para ello: primero, porque con las reformas constitucionales de 2008 que ahora desarrolla el CNPP, se anunció que el nuevo sistema de justicia penal mexicano sería mejor que el anterior, pues con el proceso penal acusatorio y oral se superarían todos los aspectos negativos del sistema que está a punto de desaparecer. Segundo, porque se ha dicho que con las reformas constitucionales de 2011 en materia de derechos humanos y de amparo, se garantizará, por fin, que el sistema de justicia penal será respetuoso de los derechos humanos, tanto de imputados como de víctimas u ofendidos del delito, al punto de pensar, incluso, que el mismo recurso de amparo llegará a ser innecesario; es decir, todo parece indicar que para muchos el entusiasmo es tan grande y prometedor, que se tiene la sensación de que ahora vivimos la primavera de los derechos humanos, y que nada se mueve si estos no entran en consideración.
Algunos aspectos cuestionables del CNPP frente a los objetivos de la justicia material
Regocijo y frustración ante la legislación procesal penal única: a) En un foro como este, que congrega a diversos juristas de la Academia Mexicana de Ciencias Penales y del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, que tiene como objetivo analizar el Código Nacional de Procedimientos Penales, CNPP, tal vez lo más normal habría sido que nuestras primeras expresiones fueran de regocijo, por el hecho de que, finalmente, contamos con un código procesal penal único para toda la República. Y en efecto, sobran razones para ello: primero, porque con las reformas constitucionales de 2008 que ahora desarrolla el CNPP, se anunció que el nuevo sistema de justicia penal mexicano sería mejor que el anterior, pues con el proceso penal acusatorio y oral se superarían todos los aspectos negativos del sistema que está a punto de desaparecer. Segundo, porque se ha dicho que con las reformas constitucionales de 2011 en materia de derechos humanos y de amparo, se garantizará, por fin, que el sistema de justicia penal será respetuoso de los derechos humanos, tanto de imputados como de víctimas u ofendidos del delito, al punto de pensar, incluso, que el mismo recurso de amparo llegará a ser innecesario; es decir, todo parece indicar que para muchos el entusiasmo es tan grande y prometedor, que se tiene la sensación de que ahora vivimos la primavera de los derechos humanos, y que nada se mueve si estos no entran en consideración.