Librería Antigua Madero
Méndez, Emmanuel
Librería Antigua Madero
Aquí se ofrecen hallazgos: antiguas reproducciones de códices, primeras ediciones, libros firmados por el autor, rarezas rescatadas de la basura. Apenas entrar, dos artefactos llaman la atención: una enorme máquina registradora National con manchas de óxido y un gramófono Victor. Las dos piezas podrían exhibirse en cualquier museo de antigüedades, pero en este sitio resultan demasiado innovadoras, casi futuristas. Uno mismo, dentro de esta casona colonial del siglo Dieciséis, rodeado por montañas de libros de más de cuatrocientos años, termina por sentirse fuera de lugar. La Librería Antigua Madero es una cápsula del tiempo en el centro de la ciudad. Fue fundada por la primera generación de exiliados españoles, pero las rentas impagables obligaron a su personal a mudarse, hace un par de años, de la emblemática calle que le dio nombre al edificio conocido como Casa de la Acequia. Su nueva ubicación no podría ser más literaria: en el muro principal, una placa de talavera anuncia que ahí nació Daniel Cosío Villegas, creador del Fondo de Cultura Económica. A una cuadra del corredor cultural Regina, justo en la esquina de San Jerónimo, patrono de los libreros y traductor de la Biblia al latín, basta cruzar la calle para llegar al convento donde vivió Sor Juana Inés de la Cruz.
Librería Antigua Madero
Aquí se ofrecen hallazgos: antiguas reproducciones de códices, primeras ediciones, libros firmados por el autor, rarezas rescatadas de la basura. Apenas entrar, dos artefactos llaman la atención: una enorme máquina registradora National con manchas de óxido y un gramófono Victor. Las dos piezas podrían exhibirse en cualquier museo de antigüedades, pero en este sitio resultan demasiado innovadoras, casi futuristas. Uno mismo, dentro de esta casona colonial del siglo Dieciséis, rodeado por montañas de libros de más de cuatrocientos años, termina por sentirse fuera de lugar. La Librería Antigua Madero es una cápsula del tiempo en el centro de la ciudad. Fue fundada por la primera generación de exiliados españoles, pero las rentas impagables obligaron a su personal a mudarse, hace un par de años, de la emblemática calle que le dio nombre al edificio conocido como Casa de la Acequia. Su nueva ubicación no podría ser más literaria: en el muro principal, una placa de talavera anuncia que ahí nació Daniel Cosío Villegas, creador del Fondo de Cultura Económica. A una cuadra del corredor cultural Regina, justo en la esquina de San Jerónimo, patrono de los libreros y traductor de la Biblia al latín, basta cruzar la calle para llegar al convento donde vivió Sor Juana Inés de la Cruz.