Federico Castro, bailarín y coreógrafo: "El arte y la política no son amigos"
Acuña, Carlos
Federico Castro, bailarín y coreógrafo: "El arte y la política no son amigos"
Es como si tuviera una grieta en la garganta. Federico Castro habla así, con una voz aguda que se desgarra a cada palabra. Hombre pequeño de estatura, es un gigante de la danza mexicana. Coreógrafo, bailarín y maestro de varias generaciones, a sus ochenta años no se detiene. Todavía imparte clases en Querétaro, Puebla y la Ciudad de México y viaja a Cuba, cada año, para certificar la técnica Graham y trabajar con un grupo de bailarines. Un repertorio de setenta y dos coreografías en el Ballet Nacional, más de sesenta años de trayectoria y reconocimientos en todo el mundo le dan licencia a Federico Castro de soltar detalles desconocidos de sus desencuentros con Guillermina Bravo, La Bruja; de sus clases en Cuba, del talento desperdiciado en México, de cómo es dejarlo todo, todo, por la danza.
Federico Castro, bailarín y coreógrafo: "El arte y la política no son amigos"
Es como si tuviera una grieta en la garganta. Federico Castro habla así, con una voz aguda que se desgarra a cada palabra. Hombre pequeño de estatura, es un gigante de la danza mexicana. Coreógrafo, bailarín y maestro de varias generaciones, a sus ochenta años no se detiene. Todavía imparte clases en Querétaro, Puebla y la Ciudad de México y viaja a Cuba, cada año, para certificar la técnica Graham y trabajar con un grupo de bailarines. Un repertorio de setenta y dos coreografías en el Ballet Nacional, más de sesenta años de trayectoria y reconocimientos en todo el mundo le dan licencia a Federico Castro de soltar detalles desconocidos de sus desencuentros con Guillermina Bravo, La Bruja; de sus clases en Cuba, del talento desperdiciado en México, de cómo es dejarlo todo, todo, por la danza.