El Blue Demon de la Mixteca
Méndez, Emmanuel
El Blue Demon de la Mixteca
Chaparrito, corpulento, don Octavio es un mixteco sui generis. Chofer de microbús en el DF, guarda en su memoria hazañas deportivas únicas. Digamos que ha sido uno de los escasos indígenas dedicados con cierto éxito a la lucha libre profesional, que se conmueve con películas de Luis Buñuel, que compartió cartel con leyendas como Black Shadow y El Santo, y que llegó a suplantar a su ídolo: Blue Demon. Ese es don Octavio. En microbús de la Ruta noventa se abre paso por avenida División del Norte. Al volante, Octavio Vargas Andrés recorre el mismo camino por tercera vez consecutiva, pero en su rostro no aparece la fatiga. Decenas de automóviles luchan en vano por rebasarse, hacen escándalo con el claxon, se mientan la madre bajo el calorón vespertino. Nada de eso quiebra la paz del transportista: con movimientos precisos, veloces combinaciones de acelerador,freno en espacios reducidos y una paciencia infinita, avanza imperturbable hacia su destino.
El Blue Demon de la Mixteca
Chaparrito, corpulento, don Octavio es un mixteco sui generis. Chofer de microbús en el DF, guarda en su memoria hazañas deportivas únicas. Digamos que ha sido uno de los escasos indígenas dedicados con cierto éxito a la lucha libre profesional, que se conmueve con películas de Luis Buñuel, que compartió cartel con leyendas como Black Shadow y El Santo, y que llegó a suplantar a su ídolo: Blue Demon. Ese es don Octavio. En microbús de la Ruta noventa se abre paso por avenida División del Norte. Al volante, Octavio Vargas Andrés recorre el mismo camino por tercera vez consecutiva, pero en su rostro no aparece la fatiga. Decenas de automóviles luchan en vano por rebasarse, hacen escándalo con el claxon, se mientan la madre bajo el calorón vespertino. Nada de eso quiebra la paz del transportista: con movimientos precisos, veloces combinaciones de acelerador,freno en espacios reducidos y una paciencia infinita, avanza imperturbable hacia su destino.