Las memorias de Vito, el “repartidor” de mujeres. El mundo de la trata de personas en New York
Santiago, Aníbal
Las memorias de Vito, el “repartidor” de mujeres. El mundo de la trata de personas en New York
La red de trata y prostitución de mujeres que inicia en México muchas veces concluye fuera del país. Queens, el emblemático barrio de Nueva York, es uno de los puntos de destino más importantes, Decenas, quizá cientos, de mujeres mexicanas son forzadas a prostituirse allá. Enganchadas, mediante engaños, las jóvenes son insertadas en una maquinaria de venta de sexo que no tiene límite. De ello se aprovechó Sebastián, un audaz joven mexicano que pronto se convirtió en Vito, uno de los más célebres y prósperos distribuidores de chicas a domicilio en Nueva York. Su auge se interrumpió cuando regresó al país e intentó replicar su buena fortuna en un negocio similar. No pudo. Fue detenido en una redada realizada en La Merced, el céntrico barrio del DF, Y hoy purga una condena. Desde el interior del penal donde se encuentra recuerda su vida como repartidor de mujeres en la ciudad de Nueva York. Mandó a imprimir business cards. Y las repartió entre dueños de prostíbulos, Las tarjetas estaban disfrazadas: pizzas, lavado de carros, reparación de muebles. Todo a domicilio. Si una chica tiene diez clientes al día, al cabo de la jornada habrá generado cerca de mil doscientos dólares, que multiplicados por veintiocho días son treinta y cuatro mil. Eso, por doce meses, da un total de cuatrocientos ocho mil dólares al año.
Las memorias de Vito, el “repartidor” de mujeres. El mundo de la trata de personas en New York
La red de trata y prostitución de mujeres que inicia en México muchas veces concluye fuera del país. Queens, el emblemático barrio de Nueva York, es uno de los puntos de destino más importantes, Decenas, quizá cientos, de mujeres mexicanas son forzadas a prostituirse allá. Enganchadas, mediante engaños, las jóvenes son insertadas en una maquinaria de venta de sexo que no tiene límite. De ello se aprovechó Sebastián, un audaz joven mexicano que pronto se convirtió en Vito, uno de los más célebres y prósperos distribuidores de chicas a domicilio en Nueva York. Su auge se interrumpió cuando regresó al país e intentó replicar su buena fortuna en un negocio similar. No pudo. Fue detenido en una redada realizada en La Merced, el céntrico barrio del DF, Y hoy purga una condena. Desde el interior del penal donde se encuentra recuerda su vida como repartidor de mujeres en la ciudad de Nueva York. Mandó a imprimir business cards. Y las repartió entre dueños de prostíbulos, Las tarjetas estaban disfrazadas: pizzas, lavado de carros, reparación de muebles. Todo a domicilio. Si una chica tiene diez clientes al día, al cabo de la jornada habrá generado cerca de mil doscientos dólares, que multiplicados por veintiocho días son treinta y cuatro mil. Eso, por doce meses, da un total de cuatrocientos ocho mil dólares al año.