Hay que preservar el arte y la literatura: Gustavo Marcovich
Hay que preservar el arte y la literatura: Gustavo Marcovich
Gustavo Marcovich nació en Buenos Aires, Argentina, en 1965. Tras el golpe militar en aquel país, su familia partió exiliada a México. Interesado por los profundos misterios de la materia, se graduó de químico en la UNAM. Plasmó sus saberes en dos libros publicados por el gobierno del Distrito Federal y, convencido de lo imposible que resulta limpiar el mundo, abandonó la profesión. Encontró en la literatura una manera de comunicar sus aviesas intenciones. Entre su obra publicada se encuentra el ensayo, El árbitro: una prepotente existencia moral, Ficticia, 2009, y el cuento infantil, El hombre que se llamaba Cero, La pequeña ficticia, 2012. Me apasiona estar tranquilo, jugar futbol cuando se puede. Hablar con las mujeres cuando no está mi esposa y discutir, una de las cosas que me gusta es discutir. Creo que el mayor problema es que a los jóvenes nunca les enseñaron a leer bien, les cuesta mucho trabajo.
Gustavo Marcovich nació en Buenos Aires, Argentina, en 1965. Tras el golpe militar en aquel país, su familia partió exiliada a México. Interesado por los profundos misterios de la materia, se graduó de químico en la UNAM. Plasmó sus saberes en dos libros publicados por el gobierno del Distrito Federal y, convencido de lo imposible que resulta limpiar el mundo, abandonó la profesión. Encontró en la literatura una manera de comunicar sus aviesas intenciones. Entre su obra publicada se encuentra el ensayo, El árbitro: una prepotente existencia moral, Ficticia, 2009, y el cuento infantil, El hombre que se llamaba Cero, La pequeña ficticia, 2012. Me apasiona estar tranquilo, jugar futbol cuando se puede. Hablar con las mujeres cuando no está mi esposa y discutir, una de las cosas que me gusta es discutir. Creo que el mayor problema es que a los jóvenes nunca les enseñaron a leer bien, les cuesta mucho trabajo.